Ciudades que invitan al deporte

  • Modelo de ciudad
  • La integración del deporte en los espacios urbanos es una gran aliada del bienestar ciudadano y del impulso de los hábitos saludables en la población. Por ello, cada vez más ciudades se vuelcan en conseguir espacios públicos más activos.

Una de las vías más poderosas y accesibles para promover el bienestar y la salud es el deporte. Lejos de concebirlo como una actividad exclusiva de gimnasios o espacios cerrados, muchas ciudades del mundo lo están integrando en su planificación urbana como un bien colectivo. La práctica deportiva no solo aporta beneficios en términos de salud, sino que también es un factor de cohesión social, especialmente entre grupos tradicionalmente invisibilizados en el diseño urbano, como las personas mayores. Según un estudio de U.S. Centres for Disease Control and Prevention, mantenerse físicamente activo es una de las formas más efectivas de mejorar la salud, tanto a corto como a largo plazo. La actividad física aporta beneficios a personas de todas las edades y capacidades, lo que pone de relieve la importancia de que las administraciones locales impulsen estrategias de diseño urbano que fomenten entornos más activos y saludables para toda la comunidad.

El urbanismo deportivo

En muchas ciudades se ha empezado a implementar lo que se conoce como urbanismo deportivo, y son diversas las iniciativas académicas, públicas y de la sociedad civil que se han puesto en marcha para promover prácticas saludables ligadas al espacio urbano alrededor del mundo. Un ejemplo clásico de ello es el Parque Lineal del Turia en Valencia, un extenso corredor verde que recorre el antiguo cauce del río y que ya en 1986 fue transformado en un gran espacio público dedicado al ocio activo. De manera similar, el Millennium Park de Chicago combina arte, paisaje y actividad física en un entorno que fomenta la convivencia y la salud urbana.

El deporte en las ciudades a veces puede aparecer gracias a la reapropiación de infraestructuras, espacios bajo puentes o vías elevadas, con rocódromos para escalada u otras actividades que se apoyan en sus muros y superficies. Un buen ejemplo es The Bentway, en Toronto, que ha transformado el espacio bajo la autopista Gardiner en pista de patinaje invernal, circuitos para patines, canchas efímeras y programación deportiva y cultural; buena práctica de reutilizar espacios cubiertos sin uso, “no-lugares”, en focos de actividad física durante todo el año.

La actividad deportiva también puede aparecer en plazas que se convierten en espacios multifuncionales, como ocurrió en Superkilen, una plaza de Copenhague de gran flexibilidad que incorporó superficies de caucho multifuncionales para balón, patinaje, tribunas móviles y elementos para deporte informal. Un proyecto que demuestra cómo un diseño público puede combinar el uso comunitario con espacios para juego y deporte. En nuestra ciudad tenemos otro ejemplo en la reciente reforma del bulevar de General Perón, en Tetuán, y su amplio elenco de espacios deportivos y de juego, llenos de vida a todas horas.

En esta misma dirección, la recuperación de espacios urbanos para el deporte se ha vinculado también a nuevas formas de turismo sostenible. El caso de las orillas del Sena en París, Les Berges de Seine, muestra cómo una intervención urbanística ha podido transformar antiguos muelles de tráfico rodado en un corredor peatonal y deportivo a orillas del río que estructura la ciudad. El proyecto combina zonas de juego, pistas para correr, espacios para clases colectivas y áreas de descanso, atrayendo tanto a residentes como a visitantes. Esta innovación urbana ha sido valorada como un ejemplo de sinergia entre cultura, deporte y ecología urbana. Son muchos los paralelismos entre el proyecto parisino y el madrileño Madrid Río, que convirtió los márgenes del Manzanares en un gran eje verde y deportivo, integrando deporte, bienestar, movilidad activa y espacio público. París y Madrid abren así una puerta a repensar el rol del ocio activo, pero también de otros aspectos, como el turismo y la creación de nuevos destinos que diversifiquen el interés de los visitantes.

Son iniciativas que muestran cómo la infraestructura verde puede fomentar la movilidad activa y el bienestar ciudadano. En conjunto, estas transformaciones urbanas han sido reconocidas como iniciativas en favor de la salud pública y la práctica activa saludable.

The Bentway (Toronto) Fuente Facebook The Bentway

The Bentway (Toronto) Fuente Facebook The Bentway

Ciudades comprometidas con la salud

El programa Net Zero Cities es una de las iniciativas europeas más grandes para conseguir la neutralidad climática en ciudades del continente. Dentro de las urbes que participan del piloto, la ciudad sueca de Malmö ha incluido en su estrategia la creación de espacios deportivos y recreativos accesibles para toda la población. Desde zonas de juego integradas en parques hasta instalaciones al aire libre en barrios periféricos, el Ayuntamiento apuesta por una visión del bienestar como parte estructural de la transición ecológica, así como por la promoción del deporte como una necesidad de la ciudad.

Superkillen (Copenhague): Autor: Fred Romero

Superkillen (Copenhague): Autor: Fred Romero

Otro buen ejemplo de transformación urbana es el Park Connector Network (PCN) en Singapur, una red verde que enlaza los principales parques de la isla mediante caminos diseñados para caminar, correr o montar en bicicleta. Esta ciudad-estado, reconocida como un nodo de innovación, tecnología y desarrollo a nivel mundial, ha decidido apostar también por el deporte, consciente de la necesidad de sus ciudadanos del espacio verde y la práctica física. A lo largo de esta red existen espacios para pasear o correr, pero también instalaciones para la práctica deportiva en el espacio público, adaptadas tanto para poblaciones jóvenes como para adultas y mayores. Además, también contribuye al equilibrio territorial, fomentando su accesibilidad tanto en barrios céntricos como en periferias. Esta iniciativa ha sido emulada en otros espacios urbanos de toda Asia.

El deporte como eje

Bogotá también ha demostrado su compromiso con el deporte sobre ruedas. La ciudad ha sido pionera en Latinoamérica con su iniciativa Ciclovía, un programa que desde los años setenta cierra temporalmente al tráfico algunas calles de la ciudad los domingos y festivos para que la población pueda usarlas para montar en bicicleta, caminar, correr y para todo tipo de actividades al aire libre. Esta política pública ha sido reconocida internacionalmente como un ejemplo de infraestructura de salud y cultura cívica, además de humanizar el espacio público y promover estilos de vida saludables.

Los ejemplos de Madrid, Barcelona, París, Malmö, Singapur o Bogotá muestran que es posible reimaginar la ciudad como un ecosistema pensado para el bienestar. Y es que el deporte, cuando se integra en la vida cotidiana y el diseño urbano, se convierte en una herramienta de transformación social. Caminar, correr, jugar o bailar son mucho más que actividades individuales: se convierten en prácticas que introducen dinámicas colectivas saludables, fortalecen el tejido social y ponen en valor el espacio común.

28 octubre 2025

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Madrid Nuevo Norte


28 octubre 2025

por Madrid Nuevo Norte