4 agosto 2025
por Madrid Nuevo Norte
El horizonte de Madrid ya no se entiende sin sus rascacielos. El parque empresarial de las Cuatro Torres (o Cuatro Torres Business Area), construido entre 2004 y 2009, destaca en el skyline del norte de la ciudad con sus siluetas acristaladas. Estos edificios se alzan en el final del Paseo de la Castellana como símbolo del nuevo Madrid. En sus primeros años, se materializó como un conjunto exclusivamente de oficinas y hotelero, y, precisamente por eso, había quedado bastante aislado de su entorno. Sin embargo, en los últimos tiempos ha evolucionado hacia un nuevo entorno más abierto y animado. A sus pies, la ciudad ha ganado en vida urbana, servicios, espacios verdes y formas novedosas de habitar lo vertical. La incorporación de Caleido, «la quinta torre», ha sido la pieza que ha dado lugar a esta transformación. Hoy, un paseo entre estos edificios ya no es solo una caminata entre oficinas: en ella se mezclan estudio y trabajo con ocio, salud y deportes.
Construidas sobre los antiguos terrenos de la Ciudad Deportiva del Real Madrid, las Cuatro Torres llevan ya casi veinte años dibujando el horizonte madrileño. Sus azoteas se elevan en una altitud similar sobre el nivel del mar a la de algunos pueblos de la sierra madrileña, con vientos más intensos y temperaturas que pueden variar notablemente entre la base y la cumbre de los edificios. La más alta del complejo, la Torre de Cristal, con 249 metros de altura, es también el edificio más alto de España. Diseñada por el arquitecto argentino César Pelli, esta torre se estiliza a medida que gana altura: las plantas inferiores superan los 2.200 metros cuadrados, mientras que las superiores se reducen a unos 1.370. Esta forma nos invita a mirar hacia lo más alto del edificio donde se encuentra uno de sus elementos más famosos: un jardín vertical acristalado de 40 metros, obra del reconocido botánico francés Patrick Blanc. Este espacio acoge once robles y un lienzo verde de 600 metros cuadrados. La estructura rectangular achaflanada del edificio favorece la entrada de luz natural, mientras que su sistema de iluminación inteligente adapta la intensidad lumínica en función de la posición del sol, lo que mejora el confort y la eficiencia energética.
Muy cerca en altura de la Torre de Cristal se alza la Torre Cepsa, con 248 metros y 49 plantas. Diseñada por el arquitecto Norman Foster, fue concebida inicialmente como sede de Repsol, aunque durante su construcción pasó a ser propiedad de Caja Madrid y, más tarde, se convirtió en la sede de Cepsa (ahora Moeve) en España. Su estructura es una de las más singulares del conjunto. El edificio se compone de dos bloques laterales, que alojan servicios, ascensores y escaleras, y una parte central dedicada a oficinas. Esta estructura se corona con un marco metálico en la parte superior, que recuerda la forma de un portal o arco. En la planta baja, un atrio acristalado de 22 metros de altura conecta el edificio con la calle y alberga un auditorio con paredes de vidrio que parece flotar, ubicado en una entreplanta.
La siguiente en altura es la Torre PwC –antes conocida como la Torre Sacyr Vallehermoso–, que alcanza 236 metros y cuenta con 52 plantas. Diseñada por los estudios españoles Rubio y Álvarez-Sala, este edificio alberga en su interior el hotel Eurostars, un centro de congresos y 17 plantas dedicadas a oficinas. Su diseño combina un triángulo equilátero con tres circunferencias tangentes. Esta base geométrica optimiza la superficie útil de cada planta y ayuda a que los espacios del edificio sean más flexibles a diferentes usos. En la fachada, podemos ver tres pliegues verticales que dividen en tres secciones el edificio y que permiten la entrada de luz natural y la ventilación al núcleo central.
Completa el conjunto original la Torre Emperador con 223 metros de altura y 57 plantas. Anteriormente conocida como Torre Espacio, esta torre está construida por el prestigioso estudio Pei Cobb Freed. La forma de la torre se diseñó para que evolucionara a lo largo de su altura: comienza con una base cuadrada y, a medida que se eleva, se transforma hasta terminar en una figura curva similar a un rombo. De esta forma, se consigue dar movimiento al edificio y hacer que cada planta tenga una forma ligeramente distinta a la anterior.
Con la inauguración de Caleido en 2021, se dio el paso definitivo para consolidar este entorno, aportando variedad a los usos del conjunto. El diseño, obra de Fenwick Iribarren y Serrano-Suñer, busca una estética atemporal basada en proporciones simples y elegantes, con una forma rectangular y un revestimiento negro que remite a las torres clásicas de Chicago y al icónico monolito de 2001: Odisea en el espacio. Caleido no busca competir en altura con sus torres vecinas, sino integrar diferentes espacios. En sus 160 metros de altura, aloja un campus de la IE University, una clínica Quirón en su base y una oferta comercial diversificada, lo que permite una convivencia de usos que dinamiza la vida urbana. A su alrededor, un parque de más de 33.000 metros cuadrados ofrece zonas deportivas, senderos peatonales, áreas verdes y equipamientos de uso público, entre los que destacan sus originales parques infantiles tematizados. Con 560 árboles y 14.000 metros cuadrados de arbustos, el Parque Caleido dispone de sistemas de iluminación y riego que aprovechan la lluvia y los recursos naturales para reducir el impacto ambiental y mejorar la eficiencia energética.
La combinación de distintos usos ha transformado profundamente la forma en que se vive el espacio alrededor de las torres. Lo que antes era un área dominada por oficinas, ahora, se percibe como un entorno dinámico. Durante las primeras horas del día, el bullicio es notable entre profesionales que llegan a sus puestos, estudiantes que recorren el campus o paseantes que disfrutan de las tiendas o de un café en las terrazas. Al caer la tarde, el ambiente cambia y las zonas verdes se convierten en refugios para quienes buscan tranquilidad y descanso.
Las torres, lejos hoy de ser monumentos distantes, se integran ya en la rutina diaria de miles de habitantes. Y en un futuro, cuando se complete el soterramiento del último tramo de la Castellana para cubrir de verde su superficie gracias al nuevo Parque Castellana, el conjunto quedará totalmente integrado y conectado a pie con el futuro centro de Negocios de Madrid Nuevo Norte, incorporándose así, de facto, al nuevo Distrito de Negocios de Madrid.