8 junio 2020
por Madrid Nuevo Norte
Los nuevos proyectos urbanísticos a gran escala, como Madrid Nuevo Norte, representan una oportunidad única para materializar cómo queremos que sean las ciudades del futuro, y entre los aspectos que más condicionan el día a día de los ciudadanos está cómo nos movemos y cuánto tiempo invertimos en desplazarnos. Los entornos urbanos que se puedan recorrer a pie y en bicicleta muestran notables ventajas frente a zonas dispersas que requieren forzosamente del coche u otros medios para moverse. Así lo ha tenido en cuenta Madrid Nuevo Norte, el gran proyecto de regeneración urbana de la capital, incorporando esa idea a su diseño desde los primeros bocetos.
Encontrar todo lo que uno necesita a pocos minutos andando se ha convertido en una cuestión cada vez con más peso para la calidad de vida de las personas que habitan las ciudades. Caminar el entorno en que vivimos y trabajamos, algo que debería ser básico y cotidiano, no parece tan común ni tan obvio si atendemos a cómo se han diseñado multitud de nuevos barrios en las últimas décadas. Aceras con obstáculos, sin suficiente sombra en verano, calles con protagonismo del vehículo a motor… está claro que el diseño del viario condiciona cómo será el día a día del peatón. Por ello, Madrid Nuevo Norte ha hecho de la movilidad peatonal una prioridad y ha dispuesto el trazado y las dimensiones de calles, avenidas y plazas pensando en las personas que las recorrerán. Además, el proyecto incluye una red de parques lineales y zonas verdes interconectadas, pensadas para poder recorrer cómodamente el nuevo desarrollo de punta a punta.
Pero un espacio público de escala humana y diseño de calidad no es el único ingrediente para fomentar que la ciudad se camine diariamente. Las distancias totales que se han de recorrer y el tiempo que invertimos en desplazarnos son fundamentales a la hora de tomar la decisión de coger el coche, el transporte público o, sencillamente, llegar andando a nuestro destino. Madrid Nuevo Norte combina en el mismo espacio tanto viviendas como oficinas, comercios, escuelas, centros de salud, deportivos, zonas verdes… usos variados que conviven en distancias fácilmente accesibles a pie. Un modelo de ciudad pensado para tener todo lo que necesitamos a pocos minutos, lo que los expertos llaman “densidad, compacidad y usos mixtos”, pero que se traduce en algo muy sencillo: tenerlo todo a mano.
Además, el proyecto ha incluido una red de 13 kilómetros de carriles bici para facilitar que los desplazamientos en bicicleta complementen los trayectos a pie, tanto para moverse dentro del futuro nuevo barrio como para acercarse a otras zonas cercanas.
Entre las ventajas de esta apuesta por la “movilidad blanda” destacan los beneficios para la salud, ya que facilita modos de vida cardiosaludables y el uso activo del espacio público. La Organización de Naciones Unidas tiene entre sus objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030 “garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades”, y el organismo internacional hace énfasis en la reducción enfermedades como el cáncer y las patologías coronarias, causantes de millones de muertes al año.
Además de reducir el sedentarismo y ser positivo para la salud de cuerpo y mente, desplazarse a pie y en bicicleta ayuda a conseguir un aire más limpio y a reducir el ruido ambiental. Según datos del Ministerio de Transición Ecológica, los coches con motor de combustión emiten un promedio de 121 gramos de CO2 por persona transportada y kilómetro. Los autobuses urbanos y el metro producen 49 y 30, respectivamente, lo que supone una reducción significativa. Por su parte, al andar no emitimos más dióxido de carbono que el de nuestra propia respiración, lo que también hacemos cuando usamos otros transportes, por lo que la emisión para desplazarnos se acerca a cero. Por si fuera poco, cuando caminamos consumimos mucho menos espacio que al utilizar el coche, por lo que ayuda a descongestionar la ciudad.