12 agosto 2021
por Madrid Nuevo Norte
El verano invita a dar paseos por la naturaleza y, sobre todo, a buscar el frescor de bosques y arroyos, algo que los madrileños tienen fácil y cerca. Varias rutas de senderismo en la región incluyen en su recorrido cascadas naturales como las de esta selección, localizadas en la vertiente madrileña de la sierra de Guadarrama y en sus alrededores.
CASCADAS DEL PURGATORIO. No se sabe muy bien el origen del nombre pero se dice que los lugareños se lo pusieron por aquello de que “quien entra en el purgatorio acaba en el cielo antes o después”. Desde la localidad serrana de Rascafría (en pleno valle del Lozoya) subimos con el coche hasta el aparcamiento de Las Presillas, que cuesta 9 euros, por todo el día. La excursión parte del Puente del Perdón, frente al Monasterio de El Paular. Se comienza a caminar, una vez pasado el puente, por una carretera de asfalto. Dejamos a la izquierda el Refugio de Los Batanes y, un kilómetro más adelante, pasamos junto a las piscinas naturales de Las Presillas. El camino ahora ya es de tierra y pasa por los barracones de un antiguo campamento juvenil. Más adelante, una señal indica un desvío por un sendero que desemboca en un puente de madera. Al cruzar éste, el camino se convertirá en una senda de montaña que discurre, entre árboles, en paralelo al arroyo del Aguilón. Ya muy cerca del final, el camino asciende por unas rocas (cuidado cuando llueve, pues son muy resbaladizas), para enseguida descender hasta la pequeña plataforma vallada, desde donde se pueden observar las cascadas del Purgatorio. 13 kilómetros (ida y vuelta), unas 4 horas de marcha.
CASCADA DE LOS LITUEROS. Es la más alta de toda la Comunidad de Madrid, con 40 metros de caída. Y también, la más accesible. La ruta parte del pueblo de Somosierra. Desde la ermita de Nuestra Señora de la Soledad (frente a una gasolinera), se desciende por la antigua carretera hasta una señal que avisa de la llegada de una curva. De allí parte un camino que, al cabo de 100 metros, nos obliga a cruzar una puerta metálica (que habremos de dejar cerrada para que no se escape el ganado). Después de otros 100 metros, nos encontraremos otro camino que ignoraremos, siguiendo de frente. Se cruza el arroyo de Las Pedrizas, sobre un paso natural de piedras, y nos dirigimos hacia un roquedal. Los últimos 50 metros tienen algo más de pendiente, pero con la recompensa de la maravillosa vista de la cascada, formada por los manantiales de las cumbres que forman el arroyo del Chorro. 2 kilómetros (ida y vuelta), una hora.
CASCADAS DEL HERVIDERO. Son las más cercanas a Madrid. Hay que viajar hasta San Agustín del Guadalix y, una vez allí, dejar el coche junto al área recreativa de la Laguna de Los Patos. Pasamos por el ojo de un puente bajo la carretera y enseguida cruzamos una pasarela de madera que nos lleva a la orilla izquierda y discurre por el llamado Canal Bajo. Si caminamos lo más cerca del arroyo veremos las pequeñas cascadas que forman sus aguas. En un momento, llegamos a una carretera que debemos tomar a la derecha para cruzar un puente. Al poco, bajaremos por unas escaleras situadas junto a una casa del Canal de Isabel II y cogeremos la senda de tierra que nos llevará hasta las cascadas. Junto a un puente de piedra, hay una escalera rústica con peldaños de madera (cuidado al bajar, porque son empinadas y no hay barandilla), por la que llegaremos frente a las dos cascadas, que vierten sus aguas en una poza que forma el río Guadalix. 5,5 kilómetros (ida y vuelta), unas dos horas.
CHORRERA DEL HORNILLO. Para visitar este hermoso paraje hay que ir hacia la localidad de Santa María de la Alameda. Antes de llegar a este pueblo, junto al puente de la Aceña, hay un pequeño aparcamiento y unos carteles que nos informan sobre la ruta. Una preciosa ruta circular que comienza en el sendero que parte del aparcamiento y va ascendiendo entre pinos hasta llegar a la cascada, con diez meros de caída, y su espectacular entorno. La ruta prosigue junto al arroyo de Robledondo (está señalizada) hasta un punto en el que hay que cruzar el cauce por unos troncos colocados a modo de puente. Desde allí comienza una pronunciada subida que termina en una especie de mirador. El descenso se realiza por la otra vertiente que, aunque empinada, se baja sin problemas si se va despacio, sin prisas. Este sendero nos conduce hasta una granja, junto a la cual hay una pista de tierra que que hay que tomar hacia la izquierda y que, tras pasar junto a una escuela de pesca, conducirá hasta el puente y el aparcamiento. 4,5 kilómetros, unas tres horas.
CHORRERA DE MOJONAVALLE. Desde la localidad de Miraflores de la Sierra, subimos al puerto de Canencia, donde podemos dejar el coche en su área recreativa. Cruzamos la carretera y, junto a la Fuente del Hornillo, parte una pista forestal (señalizada con las rayas rojas y blancas del GR-10) que nos llevará, en suave ascenso, hasta la Casa del Hornillo, un antiguo campamento donde, detrás del comedor, encontramos un camino de montaña que seguiremos hasta la Chorrera de Mojonavalle, por donde se despeña el arroyo del Sestil de Maillo y que podemos ver en todo su esplendor desde un pequeño mirador que hay más arriba. El regreso lo haremos desde la chorrera, por un camino que sale a la derecha (está señalizado). Algo más adelante, al llegar a una bifurcación, tomaremos la senda de la derecha que, tras pasar junto a un chozo de pastores reconstruido, nos llevará hasta el final de la pista forestal y al aparcamiento. 5 kilómetros, unas dos horas.