El distrito de negocios parisino de La Défense ha demostrado ser un éxito en el plano urbano y el económico, con una gran capacidad de adaptación a lo largo del tiempo.

Cuenta con unas 500 empresas, donde trabajan alrededor de 180.000 personas y viven otras 42.000, y su skyline roza el medio centenar de torres que superan los 90 metros de altura.

Por su historia, características y configuración urbana el distrito de La Défense de París se ha convertido en uno de los principales y más conocidos núcleos económicos y financieros del mundo. Las cifras de este desarrollo urbano hablan por sí solas. El distrito es, actualmente, la sede de unas 500 empresas, donde trabajan alrededor de 180.000 empleados y viven 42.000 personas, además de ser frecuentado por miles de estudiantes y visitantes a diario. Oficinas, viviendas, centros de enseñanza superior, comercios, locales de restauración y de ocio, y amplias zonas peatonales hacen de este un vibrante distrito vertical de usos mixtos los 365 días del año que ha evolucionado a lo largo de las décadas.

Cuenta además con uno de los centros de transporte más utilizados de la región metropolitana de la capital francesa por el que decenas de miles de personas pasan a diario.

Los inicios y evolución del proyecto

Entre 1947 y 1973 Francia experimentó un fuerte crecimiento económico que provocó el rápido desarrollo del sector servicios. Esta situación ocasionó una creciente demanda de grandes espacios de oficinas para las empresas, que no estaban disponibles en el tejido urbano de París.

El barrio de La Défense fue el lugar elegido para dar respuesta a las demandas de las empresas a través de un ambicioso proyecto que cambiaría por completo la imagen y fisonomía de la capital francesa. Un lugar estratégico dentro de la ciudad parisina que supuso la prolongación del eje histórico que comienza en el Louvre y prosigue por la plaza de la Concordia, la avenida de los Campos Elíseos y el Arco del Triunfo.

En 1964, el estado francés aprobó el plan general urbanístico elaborado por la EPAD,  (Organismo Público para el Desarrollo de La Défense) basado en un enfoque vanguardista y cuyo aspecto más importante y radical fue la separación de los flujos peatonales y rodados a través de una gran plataforma elevada. Esta plataforma estaba compuesta por una plaza peatonal central con una alineación de edificios de gran altura a ambos lados, mientras que los niveles subterráneos contenían los servicios, transporte público, acceso de vehículos, aparcamientos e infraestructura técnica.

Sobre esta losa comenzó la construcción de la primera generación de torres que tenían las mismas características: una base de 42 m por 24 m, una altura de 100 y unos 30.000 m² de superficie de oficinas por torre. Las torres ESSO, Nobel y Aquitaine fueron las tres primeras en aparecer en el skyline del que se convertiría en el mayor centro financiero del país. Seguidamente se construyeron cuatro más: Aurore, Atlantique, EDF y Europe.

La demanda de más espacio supuso que la segunda generación de torres alcanzara mayor altura llegando a los 187 metros de la torre GAN y a los 227 de la torre FIAT. Sin embargo, la crisis económica del petróleo de 1973 marcó el final del fuerte crecimiento económico de Francia, y paralizó el desarrollo de La Défense.

Pasada la crisis, el proyecto se fortaleció nuevamente con la construcción de uno de los centros comerciales más grandes de Europa, Les Quatre Temps. Además, surgió la tercera generación de torres, menos reguladas formalmente, pero construidas desde una perspectiva más humana y pensadas en crear un entorno agradable para el trabajador.

Los siguientes años supusieron el comienzo del crecimiento de La Défense hacia el oeste. El concurso Tête Défense de 1982 planteó una pregunta fundamental sobre el eje histórico: ¿Cerrar la perspectiva en La Défense o dejarla ir más allá? El arquitecto danés Johan Otto von Spreckelsen eligió la segunda opción con su idea ganadora de un gran arco abierto en su centro como símbolo de apertura al mundo.

Aprendiendo de La Défense

La Défense ha demostrado ser un éxito urbano y económico con una gran capacidad de adaptación y superación a lo largo del tiempo. Sin embargo, han sido muchas las lecciones que han permitido aprender de errores cometidos tanto en su ideación como en su posterior ejecución y uso.

La revista L´Express, en un artículo especial publicado en 1976 sobre el proyecto escribió “hemos enterrado los coches para que los peatones puedan disfrutar la vida”.

La losa peatonal central de 30 hectáreas es uno de los puntos estratégicos de intervención del proyecto que en 2012 resultó ganador en el concurso para crear un nuevo Master plan para La Défense.

Este nuevo proyecto debía establecer las orientaciones y guías de diseño que consiguieran reconfigurar y convertir La Défense en un centro de negocios eficiente, atractivo y adaptado a los nuevos desafíos urbanos y económicos del siglo XXI.

La estrategia planteada por AWP, oficina ganadora del concurso en colaboración con HHF, consiste en reimaginar esta losa como un elemento clave de conexión en lugar de una barrera, maximizando el uso eficiente del espacio dentro, sobre y alrededor de ella.

En este proyecto, la superficie se perfora, se iluminan las partes subterráneas, se establecen conexiones visuales y se agregan sistemas de circulación. El objetivo es que, en el futuro, los espacios bajo tierra puedan funcionar más que como un lugar de paso, como un destino en sí mismo, espacios de encuentro y actividad.

Según lo describen los arquitectos del proyecto: “A través del análisis del lugar y su reconfiguración espacial, pudimos volver a encontrar 100.000 metros cuadrados de espacios infrautilizados entre edificios y entre cambios de nivel que tienen un gran potencial para vincular ubicaciones importantes”.

Además, la plaza peatonal central está siendo reevaluada como espacio público, no únicamente para mejorar su conexión con el paisaje circundante a través de la conexión del suelo natural y artificial, sino también para dar respuesta a la relación entre el enorme vacío, los usuarios y las torres.

Recreación de la transformación que experimentará el distrito de Les Groues, en las inmediaciones de La Défense, unos trabajos que deberían comenzar en 2022. Imagen: Güller & Güller/ Loukat.

Por último, uno de los grandes objetivos de La Défense es conseguir implementar un modelo eficiente de usos mixtos. En sus primeros años de desarrollo, el proyecto concentró sus esfuerzos en la construcción de torres y rascacielos de oficinas que no tuvieron en consideración la escala urbana y la calidad de los espacios públicos. La Défense se convirtió por tanto en un lugar productivo aislado sin ningún tipo de conexión social o cultural con su entorno.

En los últimos años, el distrito busca adoptar una perspectiva de desarrollo integral, con el objetivo de restablecer los vínculos y de constituir un nuevo eje social y empresarial. En él confluirán todos los componentes de un desarrollo urbano de usos mixtos, con oficinas, tiendas, espacios verdes, para eventos, de servicios, residencial (incluyendo residencias de estudiantes), etc. Todo ello con el apoyo de las comunidades locales, que han conseguido reforzar sus posiciones a través de un diálogo más equilibrado con el estado francés.

Proyectos como la transformación del enlace Rose de Cherbourg en una pasarela peatonal (previsto para 2022) o la creación del distrito Les Groues para 12.000 residentes (cuya finalización se prevé para 2030), conseguirán reconfigurar la red de carreteras, aumentar la superficie peatonal para los ciudadanos y transformar este centro de negocios en un distrito más humano y vivido fuera del horario de oficinas.

El objetivo es corregir los errores del pasado y adaptar este proyecto a las necesidades urbanas del siglo XXI, fortaleciendo su posición como uno de los centros de negocios más grandes y singulares de Europa dentro del tejido de la región metropolitana de París.