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La colonia de San Cristóbal, o cómo el buen urbanismo puede crear comunidad

  • Madrid

El conjunto de 800 viviendas, diseñadas por Zuazo en los años 40 para empleados de la EMT, un buen ejemplo de arquitectura de calidad hecha con pocos medios

El barrio, que hoy permanece aislado entre la Castellana y las vías del tren, verá desaparecer ambas barreras a este y oeste gracias a Madrid Nuevo Norte.

 

La colonia de San Cristóbal, o cómo el buen urbanismo puede crear comunidad

 

La colonia de San Cristóbal, situada entre el paseo de la Castellana y el futuro desarrollo Madrid Nuevo Norte, es uno de los ejemplos de arquitectura residencial colectiva más notables de Madrid. Su diseño urbanístico fue pensado cuidadosamente para las personas que iban a habitarla, adaptándose totalmente a sus necesidades. Como resultado, en la colonia surgió una comunidad viva y fuertemente cohesionada durante décadas.

El proyecto forma parte de las denominadas Casas Baratas construidas con ayudas estatales desde finales del siglo XIX a los años 50 del siglo XX. El objetivo de este conjunto, construido entre 1948 y 1949, fue facilitar viviendas asequibles a los empleados de la Empresa Municipal de Transportes (EMT). De hecho, el propio nombre del barrio está íntimamente relacionado con el transporte, ya que San Cristóbal es el patrón de conductores y transportistas (se cuenta que el santo ayudaba a los viajeros a vadear un río, portándolos sobre sus hombros).

La colonia es obra de Secundino Zuazo, uno de los arquitectos españoles más reconocidos de la primera mitad del siglo XX. Zuazo se centró, y ese fue su gran logro, en construir la mejor arquitectura posible con los medios más modestos. Las arquerías de acceso a las viviendas y el uso del ladrillo fueron los protagonistas del diseño de sus fachadas y dieron una personalidad propia a los edificios. En su construcción todo está optimizado, desde la disposición de las escaleras a la distribución de las viviendas. En definitiva, el conjunto, que fue conocido también como “Las Ochocientas”, sacó el mejor partido estético y funcional a materiales muy baratos y los convirtió en elementos revestidos de gran dignidad.

 

La colonia de San Cristóbal, o cómo el buen urbanismo puede crear comunidad

En la colonia de San Cristóbal los bloques de edificios se desplazaron unos respecto a otros para evitar la monotonía y crear espacios públicos

 

Pero su mayor logro fue tal vez el espacio público que se creó entre los edificios, con una escala muy humana que permitía la existencia de jardines en torno a los cuales tenía lugar el encuentro entre vecinos. En ellos se ubicaban comercios y equipamientos, construidos para cubrir las necesidades de sus habitantes y generar vida urbana: un mercado, un colegio, un ambulatorio, una escuela de baile, una parroquia, un bar y una farmacia articulaban la actividad de una comunidad, que funcionaba de forma más o menos autónoma respecto a la ciudad. Esta actividad dentro de la propia colonia era especialmente necesaria por el alto grado de aislamiento que la colonia tenía respecto a la ciudad, lo que hace que en algunas ocasiones se hable de ella como “un pueblo” aunque nunca tuvo esa consideración administrativa, pero que contaba con un pujante club deportivo, fiestas con bailes regionales procedentes de distintos puntos de la Península, una intensa vida parroquial y un vibrante mercado municipal.

 

La colonia de San Cristóbal, o cómo el buen urbanismo puede crear comunidad

Actuación artística de Boa Mistura en el mercado municipal de San Cristóbal

 

Con la colonia de San Cristóbal se introdujo de forma exitosa en Madrid una tendencia europea que se llevaba experimentando las dos décadas anteriores en ciudades como Viena o Ámsterdam, y que ponía el foco en mejorar las condiciones de habitabilidad de la vivienda colectiva.

Hoy día se ha perdido gran parte de la actividad que llegó a tener, pero los pocos puestos abiertos en el mercado, el bar Asociación, junto a la asociación familiar del barrio o la escuela infantil siguen sosteniendo un sentimiento de pertenencia y un orgullo de barrio que el paso del tiempo no ha borrado. Recientemente, el colectivo de artistas Boa Mistura ha cubierto el mercado con un gran mural lleno de color, que busca ayudar a revitalizar ese espacio.

La colonia, a pesar del crecimiento de la ciudad hacia el norte, ha permanecido con los años en una situación de aislamiento provocada por la barrera física del gran haz de vías del tren al este y por la propia Castellana al oeste. No en vano esta avenida, a la altura de la colonia, es una vía de tráfico rápido de 11 carriles y más de 70 metros de ancho.

El proyecto Madrid Nuevo Norte vendrá a eliminar una de las causas de dicho aislamiento, la gran brecha producida por el haz de vías del tren. En su lugar, la actuación va a aportar al barrio accesibilidad y conectividad, con nuevos equipamientos públicos, comercios de proximidad, plazas, parques, oficinas y viviendas. Hacia el oeste también se paliará el aislamiento mediante el soterramiento del tráfico rápido en el tramo final de la Castellana, convirtiendo lo que hoy es una barrera urbana de primer nivel en un parque peatonal de una hectárea. Además, sus vecinos contarán con una estación de Metro y una nueva línea de bus de alta capacidad, ambos a menos de 200 metros.

 

La colonia de San Cristóbal, o cómo el buen urbanismo puede crear comunidad

Recreación orientativa del futuro entorno de la Colonia San Cristóbal, con un gran parque público al oeste, creado gracias al soterramiento de la Castellana, y con equipamientos, oficinas, viviendas, comercios y transporte público al este.

29 mayo 2019

Autor

Madrid Nuevo Norte


29 mayo 2019

por Madrid Nuevo Norte