23 julio 2024
por Madrid Nuevo Norte
“Caminante, son tus huellas el camino y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar”. Estos versos de Antonio Machado no solo resuenan como poesía, sino que encierran la esencia de una visión urbana que viene abriéndose camino en los últimos años: aquella que pone al peatón en el centro. Durante décadas, las ciudades han sido diseñadas para facilitar la circulación de los vehículos motorizados, relegando a los peatones a un segundo plano.
Como resultado, los entornos urbanos se convirtieron, en términos generales, en un escenario en el que predomina el coche, la contaminación del aire y una pérdida significativa de espacio público.
Esto tiene graves consecuencias en la salud de las personas, materializadas en el aumento de enfermedades respiratorias y coronarias, entre otras. Urge tomar medidas efectivas.
Para revertir esta situación es fundamental diseñar entornos urbanos donde el peatón sea el protagonista. Esto no solo implica replantear las calles y plazas, sino también adoptar una nueva mentalidad que valore la movilidad activa y el espacio público. Las ciudades del futuro deben ser lugares donde caminar sea seguro, agradable y accesible para todos. Y es que caminar es mucho más que circular, es una experiencia que permite vivir la ciudad en toda su diversidad. La vida entre edificios también debe incluir un gran número de actividades que se pueden realizar en las calles, desde simples conversaciones y encuentros, a gimnasia, juegos infantiles, baile, intercambios comerciales o espectáculos callejeros.
Para construir una ciudad con estas características es fundamental fomentar modos activos de desplazamiento, como caminar o andar en bicicleta, además de impulsar el uso del transporte público. Para ello, las grandes ciudades españolas y del resto de Europa llevan tiempo desarrollando una agenda orientada a dar protagonismo al peatón y a la movilidad sostenible y activa. Con ese propósito se han desarrollado también los Planes de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) que, según la web del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico son el conjunto de actuaciones “para impulsar los cambios necesarios en la movilidad urbana con criterios de sostenibilidad. Ante un modelo de transporte concebido para dar fluidez y capacidad de estacionamiento a los vehículos motorizados, los PMUS apuestan por situar en el centro de la planificación a las personas”. Su objetivo es, pues, garantizar un ambiente sano donde se pueda caminar y pedalear por itinerarios accesibles, seguros y atractivos; y donde los desplazamientos más largos a los destinos laborales, educativos, sanitarios y de ocio se resuelvan mediante el transporte público.
Los espacios públicos son un ingrediente vital de las ciudades, ya que ayudan a construir sentido de comunidad, identidad cívica y cultura, además de facilitar el capital social, el desarrollo económico y la revitalización de la comunidad. En el caso de España, un estudio del MIT y la Universidad de Tokio analizó el impacto de la peatonalización de 14 ciudades del país entre 2010 y 2012, entre las que se incluían Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla, entre otras. La investigación analizó zonas peatonalizadas frente a otras que no lo eran y determinó que las tiendas situadas en zonas peatonales generaron mayores volúmenes de ventas que las situadas en áreas no peatonales.
Y es que aquellas ciudades con más espacios caminables experimentan beneficios económicos, ya que el comercio local se ve favorecido de un mayor tránsito de personas. Este modelo también cuenta con beneficios medioambientales debido a la reducción de emisiones contaminantes y mejora de la calidad del aire o la reducción del ruido. Un cóctel al que se le suma el incremento de la seguridad vial.
La ciudad del futuro es una ciudad que se camina. Al priorizar al peatón y fomentar modos activos de desplazamiento estamos construyendo un entorno urbano más saludable, sostenible y próspero. La infraestructura para bicicletas, como carriles bici seguros y estacionamientos, complementa la red peatonal. La integración de sistemas de transporte público eficientes y accesibles también es crucial para reducir la dependencia del automóvil.
Cada 17 de agosto se conmemora en todo el mundo el Día del Peatón, una ocasión para celebrar los avances logrados y para redoblar nuestros esfuerzos en la creación de ciudades donde el caminante, con sus huellas, haga camino al andar. Solo así podremos construir un futuro urbano que sea verdaderamente sostenible y centrado en las personas.