26 mayo 2022
por Madrid Nuevo Norte
La cita más popular con la lectura en Madrid nació en 1933 con la voluntad de acercar el libro a todos los hogares.
Aunque el paseo de Coches de El Retiro ha sido su sede más emblemática, la feria ha llenado de cultura otros espacios públicos, empezando por Recoletos.
Desde su fundación, tan solo ocho años ha faltado a su cita, la primera por la Guerra Civil y la última, por la epidemia por coronavirus.
Uno de los peregrinajes más singulares al que se apuntan anualmente miles de madrileños es el de la Feria del Libro. A punto de despedir el mes de mayo, los lectores se entregan al placer del hojeo de los últimos lanzamientos editoriales en un ritual que tendrá lugar en el paseo de Coches de El Retiro.
Lo que muchos desconocen es que la Feria del Libro no siempre estuvo allí ubicada. Su primera sede fue el paseo de Recoletos, cuando en 1933 “aquellas primeras casetas pintadas de diferentes colores se instalaron” en el parque como parte de la celebración de la Semana Santa Cervantina, del 23 al 29 de abril. Así lo explica la propia página de la Feria del Libro de Madrid.
El discurso de inauguración de Pedro Rico se oyó desde la plaza de Cibeles a la de Colón gracias a los altavoces colocados sobre los puestos. Según la crónica publicada en ABC Madrid (25 de abril de 1933), el alcalde de la capital calificó al libro de “amigo inseparable”.
Ya desde su primera edición, los precios tenían el 10% de rebaja, descuento que se ha convertido en una de sus señas de identidad. Y según cuenta el centenario diario madrileño, fue el escritor alemán Emil Ludwig una de las estrellas de la primera jornada, al firmar “cien ejemplares de una de sus obras”.
La buena acogida motivó la segunda edición, que tuvo lugar del 6 al 16 de mayo de 1934. En esta ocasión, la principal novedad fue la presencia de editoriales llegadas de México y la ampliación del horario, de 10:00 h de la mañana a 12:00 h de la noche. Antes de la Guerra Civil (1936-1939) aún se celebrarían ediciones en 1935 y 1936.
La contienda impuso un parón hasta 1944. De nuevo ubicada en el paseo de Recoletos (por entonces, avenida de Calvo Sotelo), del 28 de mayo al 5 de junio, tuvo lugar la que se denominó Feria Nacional del Libro. El Instituto Nacional del Libro fue el encargado de la organización de “una magnífica exposición del arte editorial español y de la producción literaria y científica de nuestra patria”, explica la característica voz del No-Do, el noticiario oficial del régimen franquista.
Para ejercer en su nueva condición de ‘nacional’, la feria salió por primera vez de Madrid para celebrarse en 1946 en Barcelona (sede que repetiría en 1952) y en 1948, en Sevilla. Sin embargo, poco a poco las ciudades españolas fueron apostando por su propia feria del libro, por lo que pronto la madrileña cesó en su recorrido.
Retomaba así la feria su castiza popularidad y su vocación de crecimiento. En 1956 contaba con 110 casetas, siete pabellones oficiales y unas ventas de 300.000 pesetas al día. Estaba claro que su desarrollo terminaría por romper las costuras del paseo de Recoletos.
“El creciente aumento de solicitudes de participación de libreros, editores y distribuidores obligó a buscar un nuevo espacio”, se explica desde Feria del Libro de Madrid. Y ese no fue otro que el parque de El Retiro, en 1967.
Su nuevo emplazamiento fue junto al estanque de El Retiro, donde, tras tres ediciones, en 1970 se establecería en la que parece su ubicación definitiva, el paseo de Coches, donde ha permanecido a excepción del año 1979, cuando se llevó al Pabellón de Cristal de la Casa de Campo, pero el cambio no convenció a nadie y, al año siguiente, volvió al Retiro. Este espacio, el más despejado del corazón verde madrileño, permitió a la feria crecer en tamaño y visitantes.
En 1982 adopta el nombre actual, Feria del Libro de Madrid, y su gestión pasó al gremio Librerías de Madrid. Ese año, los Reyes de España acudieron a su inauguración, iniciando la tradición de que un miembro de la Familia Real presida la puesta de largo de cada edición.
Otro hecho destacado en su trayectoria fue su distinción, en 2003, con el premio Nacional al Fomento de la Lectura que le concedió el Ministerio de Cultura.
En su larga existencia, fue necesaria una Guerra Civil para que la feria no acudiera a su cita anual. De hecho, desde 1933 tan solo en ocho ocasiones ha faltado, las dos últimas por la pandemia por COVID-19, que también doblegó esta tradición.
En 2019 y 2020, su legión de aficionados tuvo que conformarse con su reinvención online para, finalmente, reaparecer en 2021. Entonces, el Ayuntamiento de Madrid anunció la 80ª edición, que en esa ocasión se trasladó al mes de septiembre. Contó con 320 expositores entre librerías, editoriales y organizaciones, y los 380.000 visitantes quedaban muy lejos de su millonaria afluencia habitual.
Este año la cita vuelve. Del 27 de mayo al 12 de junio, tendrá lugar su 81ª edición en un escenario de total normalidad. De nuevo, los autores más populares congregarán a su parroquia lectora en unas largas colas para conseguir una dedicatoria, y la prensa volverá a encuestar a los expositores para adelantar cuáles han sido los títulos superventas del año. Un evento en el que el público, como la afición a la lectura, no tiene edad.