20 noviembre 2024
por Madrid Nuevo Norte
Imagina que, cada vez que cruzas una calle, tus pasos pudieran alimentar la ciudad de energía. En Shibuya, uno de los cruces más emblemáticos del mundo, más de 2.500 peatones pisan el asfalto cada vez que el semáforo se pone en verde. Millones de pasos que forman parte del movimiento incesante en las grandes ciudades. Pero ¿y si esos pasos pudieran generar energía?
La tecnología está avanzando en esta dirección y, en 2021, el Ayuntamiento de Barcelona lanzó un proyecto piloto que utiliza la inducción electromagnética para transformar el movimiento de los peatones en electricidad. Cada paso genera entre dos y cuatro julios de energía, suficiente para encender una lámpara LED durante 30 segundos. A nivel individual, parece un impacto mínimo, pero si sumamos todos los pasos que se dan diariamente en el centro de las principales ciudades, el potencial es inmenso. El impacto es aún mayor en las zonas más transitadas, como estaciones de transporte público o las principales calles comerciales. Pensemos que solo en Madrid, hay calles como Gran Vía que superan, de media, los 15.000 desplazamientos a pie diarios o Bravo Murillo, con cerca de 12.000 peatones cada día, según el informe de una consultora que instaló sensores en torno a las zonas comerciales de toda Europa.
La piezoelectricidad es una propiedad de ciertos materiales, como algunos cristales o cerámicas, que les permite generar una carga eléctrica cuando se les aplica presión. Este fenómeno fue descubierto en el siglo XIX, pero solo en las últimas décadas se ha comenzado a explorar su potencial a gran escala. A medida que las ciudades buscan formas más sostenibles de generar energía, la piezoelectricidad se presenta como una solución incipiente pero prometedora para, si se lograse reproducir a gran escala los experimentos realizados hasta la fecha, aprovechar la energía generada por el movimiento diario de millones de personas. Así, las calles por las que caminamos podrían en un futuro contribuir, además, a reducir el consumo de recursos para lograr ciudades más sostenibles. ¿Quién hubiera imaginado que caminar podría tener tanto potencial?
La innovación juega un papel clave en la evolución de las ciudades y la tecnología ha conseguido convertir algo tan cotidiano como caminar en una fuente de energía limpia. Una compañía británica ha desarrollado una tecnología con la que es posible generar energía limpia a partir de los pasos y del tránsito de la gente, transformando el simple acto de moverse por la ciudad en energía eléctrica.
El funcionamiento de esta tecnología es tan ingenioso como eficaz: bobinas de cobre e imanes situados bajo las superficies urbanas captan la energía cinética generada por los pasos. Esa energía se almacena en baterías y puede utilizarse para alimentar infraestructuras como la iluminación pública, señales de tráfico o incluso sistemas de wifi. Aunque la cantidad de energía generada por cada paso es modesta, la posibilidad de sumar los aportes de millones de pasos diarios, podría representar algún día un avance significativo hacia ciudades energéticamente más eficientes.