7 enero 2022
por Madrid Nuevo Norte
En el corazón del norte de Madrid, a pocos metros de Plaza de Castilla, crece “una nueva acrópolis urbana”. Así definen sus creadores el Centro Integral del Transporte (CIT), un nuevo hito arquitectónico que cobrará vida con su puesta en funcionamiento a principios de 2022, según informa Metro de Madrid.
El primer edificio en inaugurarse de esta actuación sobre el enorme solar de las antiguas cocheras de la Línea 1 en la avenida de Asturias será la nueva sede de Metro de Madrid, que se compone de dos volúmenes de siete y doce plantas, con una superficie total de 24.000 metros cuadrados.
Desde el punto de vista urbano, el conjunto, identificable por su diseño singular desde la lejanía, aporta a la ciudad un hito arquitectónico lleno de carácter. La escala urbana de las construcciones y las cubiertas inclinadas de inspiración industrial dan identidad al CIT. La división en diferentes volúmenes para los variados usos del complejo es, sin duda, el elemento más característico del proyecto y, además, constituye una solución que facilita abordarlo en varias fases. Un conjunto que se integra con las vecinas torres inclinadas de Puerta de Europa, redefiniendo arquitectónicamente esta zona del norte de Madrid.
En las instalaciones trabajará cerca de un millar de personas en uno de los entornos con mayor accesibilidad en transporte público, como es Plaza de Castilla. Para Victorino Arranz, responsable del Servicio de Patrimonio de Metro de Madrid, “la concentración del personal repartido en diversos recintos, en la nueva sede, supondrá un ahorro en tiempos de desplazamiento y en alquiler de oficinas, lo que redundará en la eficacia y calidad del trabajo”.
Arranz explica que el objetivo principal del futuro CIT es “mejorar la dinámica diaria de trabajo de nuestra compañía y la interacción con el Consorcio Regional de Transportes”. Una meta que se completará cuando finalice la fase 2 del proyecto.
Cuando finalicen sus obras, el CIT se compondrá de cuatro edificios, ocupando por completo la manzana delimitada por la avenida de Asturias y las calles de San Benito, San Aquilino y Magnolias. A la sede de Metro de Madrid se sumarán entonces otros tres inmuebles. Uno de ellos se destinará a Centro de Control de Operación de Red (CCOR), que agrupará el actual Puesto de Mando y el Centro de Operaciones de Mantenimiento y Monitorización de Instalaciones y Comunicaciones.
Los otros dos edificios serán la sede del Consorcio Regional de Transporte de Madrid y el futuro Museo de Metro. Todo el conjunto se complementa con el gran jardín central de diseño industrial y un aparcamiento subterráneo.
“Se trata de un complejo de gran calidad arquitectónica, que además apuesta por la sostenibilidad”, continúa Arranz: “Y para la ciudad, se trata de una solución que resolverá la integración de la manzana con el barrio”.
El diseño de este nuevo espacio, que combina las funciones institucionales y de gestión empresarial con la de plaza pública, es obra de Nexo Arquitectura, Gutiérrez-de la Fuente Arquitectos y Andrés Perea. El paisajismo corre a cargo de Batlle i Roig Arquitectes y, en su conjunto, rinde homenaje al pasado ferroviario del enclave.
“El proyecto potencia la experiencia del visitante a partir de la recuperación del legado de las antiguas cocheras”, explican desde Nexo Arquitectura. Su objetivo es que “el madrileño que se acerque entienda cómo funcionaban esas infraestructuras de Metro y cómo esa misma parcela se ha destinado ahora a aglutinar los principales centros dedicados al transporte, fusionando el futuro con el legado”, detallan.
En este sentido, la antigua cota de operaciones del depósito original se convierte en un símbolo del pasado del lugar, según explican desde Nexo: “Esta plataforma estaba desconectada del resto del barrio, respondiendo únicamente a una razón operacional de movilidad de coches y material móvil de Metro”. El reto de la propuesta fue, pues, mantener esa topografía original para el jardín, reduciendo el volumen de tierras a manejar y minimizando la generación de residuos, todos ellos principios de economía circular que además posibilitan “reconectar la parcela con su entorno, generando un nuevo hábitat para los trabajadores, los vecinos y los visitantes”, indican desde el estudio.
Para Nexo “el CIT trata de crear un espacio que los madrileños recuerden, al que quieran ir para sentirse ciudadanos”. En este empeño, la estrella es el área ajardinada. Bautizada como Jardín 1 Metro, será construido a partir de la estructura existente de las cocheras y de elementos como escaleras metálicas, puertas automáticas, mástiles o vías, “que mantienen su color amarillo de máxima visibilidad, tan presente en la cultura industrial metrera”, explican los arquitectos.
Las bases del concurso de licitación del CIT destacaron por su exigente estrategia de eficiencia energética. Más allá de su consumo nulo cuando entre en funcionamiento, se buscaron soluciones en los elementos constructivos, las instalaciones y en el propio diseño arquitectónico. Y como ejemplo de esta filosofía, en Nexo citan los 56 pozos de geotermia y la colección de 512 módulos solares fotovoltaicos de la sede de Metro de Madrid.