15 junio 2021
por Madrid Nuevo Norte
Las grandes ciudades buscan hoy aumentar su superficie verde, tanto por los beneficios para el medioambiente como para la salud de las personas. Y es que las ciudades son hoy origen de más del 70% de las emisiones globales de CO2, mientras que bosques y árboles absorben cerca del 40% de las emisiones asociadas a los combustibles fósiles.
Muchas son las iniciativas internacionales para ganar terreno al asfalto con la vegetación. Entre ellas, y más allá de la creación de parques convencionales, el entorno de la gran actuación urbanística Porta Nuova, en Milán, se ha convertido en un símbolo internacional de cómo lograr que la vegetación colonice superficies que hace solo unos años resultaban impensables, como las fachadas o las cubiertas de edificios en altura.
El último ejemplo de esta estrategia para cubrir de verde la arquitectura tiene lugar en uno de los rascacielos históricos más icónicos de Milán. El popularmente llamado “Pirellino” fue construido en los años 60 y hoy, a pesar de seguir siendo símbolo del pujante crecimiento de la ciudad en aquella época, es un edificio obsoleto y energéticamente ineficiente. La renovación del inmueble, ubicado en el número 39 de la emblemática calle Giovanni Battista Pirelli, correrá a cargo de prestigiosos estudios de arquitectura como el neoyorquino Diller Scofidio+Renfro y el milanés Stefano Boeri. El proyecto se convierte en una auténtica declaración de intenciones, pues incluye una nueva torre con cobertura vegetal, una idea que ya hizo famosa a la zona gracias al llamado “Bosco Verticale”, también obra de Boeri.
Pirelli 39, lejos de ser derribado, conservará su carácter original y se ajustará a los estándares de sostenibilidad, eficiencia energética y antisísmicos que lo equiparen a sus vecinos de nueva construcción.
El distrito de Porta Nuova, donde se ubica, está a un paso de la estación Milano Porta Garibaldi y ha recuperado amplias áreas ferroviarias e industriales antes en desuso para el peatón, ubicando en el centro de la intervención una zona verde ejemplar, el parque Biblioteca degli Alberi (BAM), una suerte de jardín botánico abierto al público. Próximamente, se ubicará un invernadero en el puente acristalado multiusos que unirá los dos edificios del complejo Pirelli 39, dando continuidad a la vegetación del parque BAM. Completa el proyecto una nueva torre residencial que contará con 1.700 metros cuadrados de vegetación, absorberá 14 toneladas de dióxido de carbono y producirá nueve toneladas de oxígeno al año, el equivalente a un bosque de diez mil metros cuadrados.
En este orden de magnitud se mueven las cifras en torno a los proyectos de Stefano Boeri desde que en 2014 revolucionase el mundo de la arquitectura con su Bosco Verticale, una emblemática pareja de edificios con una auténtica masa forestal en altura concebida para “alojar árboles, personas y pájaros”, según sus creadores. Con una ratio de tres árboles y 48 arbustos por persona, la vegetación de estos edificios filtra el aire y disminuye hasta 30 grados la temperatura de la fachada reduciendo el efecto isla de calor. Además, atrae a decenas de especies de pájaros y a múltiples polinizadores, fomentando la biodiversidad y la autorregulación de las zonas verdes en la ciudad.
Estos dos gigantescos árboles construidos se caracterizan por sus amplios balcones colgantes, que están especialmente diseñados para albergar grandes maceteros y para que los árboles crezcan sin obstáculos hasta tres pisos por encima de ellos. Las macetas contienen una mezcla de tierra agrícola, materia orgánica y material volcánico que permite una reducción de peso y volumen.
Las plantas se riegan con aguas subterráneas que son traídas hasta cada maceta mediante un sistema de bombeo que funciona gracias a la energía solar recogida por los paneles ubicados en la azotea, y un equipo de “jardineros voladores”, expertos en escalada, se ocupan de su mantenimiento.
Convencidos de los beneficios de aumentar el número de árboles y bosques en las ciudades compactas para reducir los efectos del cambio climático, los diseñadores de este prototipo bautizado como VF01, que ya tiene gemelos en Asia, América y Europa, firmaron un manifiesto invitando a todos los expertos involucrados en la urbanización y planificación de las ciudades a abrazar este reto.
Este plan, que ahora también abarca la rehabilitación de edificios, como es el caso del proyecto Pirelli 39, se apoya fundamentalmente en la creación de otros bosques verticales de nueva planta, con ejemplos tan notables como el que aspira a ser el más alto del mundo en Lausana (Suiza) o el de Nanjing (China), con una interesante propuesta de usos mixtos.
Boeri se ha atrevido incluso con la planificación de todo un barrio verde para regenerar la ribera del río en Tirana (Albania) y hasta con un prototipo de ciudad-bosque en la metrópolis de Shijiazhuang, que actualmente ostenta un triste récord, con los niveles más altos de polución de toda China.