13 diciembre 2022
por Madrid Nuevo Norte
Este corredor natural conectará varias áreas naturales protegidas de la región con el Bosque Metropolitano y, ya en la ciudad, con el eje verde de Madrid Nuevo Norte.
Cubrirá 5.000 hectáreas, pasará por las inmediaciones de 25 municipios y será accesible desde la red de transporte público y la red ciclista.
Contribuirá a mejorar los espacios verdes periurbanos, la calidad del aire, la biodiversidad y la relación de los madrileños con su rico entorno natural.
Un nuevo cinturón que circunvalará Madrid está en construcción, pero no tendrá un trazado de asfalto, sino que consistirá en un auténtico corredor ecológico: es el denominado Arco Verde, un proyecto popularmente conocido como la ‘M-60 verde’. Este anillo forestal a escala regional cubrirá una superficie de 5.000 hectáreas de espacios naturales, que se sumarán a las 600 hectáreas del futuro Bosque Metropolitano, otra iniciativa que también plantea un anillo verde, en este caso a escala municipal y en la ciudad de Madrid.
A su paso por las estribaciones del monte de El Pardo, el Bosque Metropolitano podrá unirse con el eje verde de Madrid Nuevo Norte, una red lineal de parques interconectados que se introducirá en los barrios del norte de la ciudad y estará en continuidad, a su vez, con los principales parques ya existentes de los distritos de Fuencarral-El Pardo, Tetuán y Chamartín. Todo ello contribuirá a interconectar y enriquecer el ya considerable patrimonio natural de la Comunidad de Madrid, que es la región de España con mayor superficie incluida en la Red Natura 2000, con un 39,8% de su territorio protegido.
El proyecto del Arco Verde está en línea con otros cinturones verdes nacionales e internacionales de referencia, desde el Metropolitan Green Belt de Londres o el Green Ring de Amberes hasta otros ejemplos más cercanos como el Anillo Verde de Vitoria, el Cinturón Verde de Burgos o la Huerta de Valencia. Todos ellos buscan dar continuidad a los hábitats naturales y reducir el impacto medioambiental de la ciudad, absorbiendo emisiones de dióxido de carbono y reduciendo el efecto isla de calor.
El Arco Verde madrileño se ha planteado como una red circular de 200 kilómetros de caminos, vías pecuarias y senderos que conectará 25 municipios de la región, contará con acceso desde 24 estaciones de transporte público y la red regional de carriles bici. El proyecto incluye diferentes intervenciones de recuperación de hábitats, algunos de los cuales se encuentran hoy fragmentados o aislados. Entre esas actuaciones están la plantación de 540.000 árboles, la mejora de ocho tramos fluviales, así como la creación de zonas de refugio para la fauna autóctona.
Esto se complementa con la sustitución de árboles quemados por otros más resistentes a incendios y a enfermedades, la recuperación y creación de láminas de agua y las labores para mantener su caudal fuera de los períodos de lluvias, así como la reparación de firmes de vías pecuarias y caminos intransitables. A lo largo del trazado del Arco Verde también se han previsto áreas de descanso, con merenderos y fuentes.
Todo ello contribuirá a acercar la naturaleza a las ciudades cercanas, a promover la biodiversidad multiplicando los censos de especies, y a hacer más amable transición entre los núcleos urbanos y su entorno verde. Aparte, también incentivará los desplazamientos a pie y en bicicleta y fomentará un mejor conocimiento del entorno a través de diversas actividades de divulgación medioambiental.
El proyecto incluye actuaciones en zonas clave para el medioambiente de la comunidad, como son tres espacios protegidos: el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, el Parque Regional Cursos Bajos de los ríos Manzanares y Jarama, y el Parque Regional Curso Medio del río Guadarrama y su entorno. También se beneficiarán siete humedales catalogados (Lagunas de Belvis, Cerro Gordo, Presa del Henares, Sotillo y Picón de los Conejos, Lagunas de Velilla, Laguna de El Campillo y Lagunas de Horna); parques forestales periurbanos y montes de utilidad pública como Valdebernardo, Bosquesur, Polvoranca, Monte de Valdelatas o el Monte de Boadilla; así como cuatro Centros de Educación Ambiental de la Comunidad de Madrid.
El proyecto del Arco Verde arrancó en 2020 y se encuentra en su primera fase, con una inversión de unos siete millones de euros. De momento se han ejecutado 96 kilómetros del plan, con intervenciones en Bosquesur, los montes de Boadilla y Valdelatas, la Dehesa Boyal de San Sebastián de los Reyes, así como en las vías pecuarias de Arroyo de la Vega (Alcobendas) y en la Pollina (Fuenlabrada), entre otras localizaciones.
Además de los caminos balizados, así como las plantaciones de árboles y arbustos autóctonos, algunas iniciativas llamativas que ya se han comenzado a ejecutar son, por ejemplo, la instalación de refugios para reptiles, los jardines ornitológicos y de mariposas y también la construcción de “hoteles de insectos”. Para estos últimos se han usado restos de árboles afectados por la borrasca Filomena. Algunos de sus “inquilinos” serán alimento de las aves que van a criar en las cajas nido colocadas en los alrededores, y también de las ranas y sapos de charcas y humedales cercanos.