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Calles que hablan de arquitectura

  • Madrid

Calles, glorietas, plazas y parques de Madrid homenajean a grandes arquitectos españoles que han contribuido a dar forma la ciudad en distintas épocas.

En el barrio de Valdebebas es donde se concentra mayor número de estas calles, con cerca de medio centenar de elementos de su viario dedicados a arquitectos, paisajistas, urbanistas e ingenieros.

Repasamos la figura de cinco relevantes arquitectos del siglo XX vinculados a Madrid que cuentan con una calle en la capital: Gutiérrez Soto, Fisac, Sáenz de Oiza, De la Sota y De la Hoz.

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Cartel de la avenida dedicada al arquitecto Alejandro de la Sota, en Valdebebas, barrio que cuenta con un notable número de calles dedicadas a profesionales del gremio que con su obra ayudaron a diseñar la ciudad de Madrid.

Aunque a veces pasan desapercibidos, muchos nombres de calles, plazas y otros elementos urbanos que conforman la ciudad de Madrid hacen referencia a personas que contribuyeron con importantes aportaciones históricas y culturales a la ciudad. Es una forma de rendir tributo a figuras que, por diferentes motivos, han tenido un papel notable en el desarrollo y la evolución de la capital, sin ser, en muchos casos, originarios de Madrid.

Entre estas calles, parques y avenidas se encuentran varias dedicadas a arquitectos que, con sus planes y sus diseños, dieron forma al Madrid que conocemos. Vías en homenaje a creadores históricos como Ventura Rodríguez o jardines como los de Sabatini, Antonio Palacios o Matilde Ucelay, la primera arquitecta española. Todos estos espacios urbanos distinguen a profesionales que vivieron en distintas épocas y circunstancias y que contribuyeron, con su estilo, su buen hacer y sus soluciones innovadoras, a perfilar el Madrid que ha llegado a nuestros días.

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Edificio residencial Torres Blancas, obra de Sáenz de Oiza ubicada en el barrio de Prosperidad. Foto: Xauxa Håkan Svensson

Homenaje a arquitectos en Valdebebas

Hasta hace muy poco eran escasas las referencias a la arquitectura en el callejero madrileño. Fue en el nuevo barrio de Valdebebas donde hace una década se concentró un gran número de calles en homenaje a este gremio, saldando así la deuda de la ciudad con quienes la diseñaron y construyeron. En julio de 2012 se aprobó una propuesta del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), junto con el de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid y los promotores del desarrollo urbanístico, de incluir en su callejero a arquitectos, ingenieros, urbanistas y paisajistas que habían sobresalido por su relación con la ciudad de Madrid.

Entre sus calles y avenidas encontramos nombres tan relevantes dentro de la arquitectura madrileña como Secundino Zuazo, Fernando Higueras, Luis Moya Blanco, José Antonio Coderch o Pedro de Ribera. Dos grandes avenidas dedicadas a Sáenz de Oiza y Alejandro de la Sota destacan las figuras de sendos maestros de la arquitectura de la segunda mitad del siglo XX.

El primero de ellos, Sáenz de Oiza, fue el encargado de diseñar y construir proyectos tan emblemáticos como la Torre del Banco Bilbao en el número 81 del paseo de la Castellana, dentro del complejo de oficinas AZCA, en 1981. Un proyecto condicionado estructuralmente por los túneles del metro subyacentes y cuyo innovador diseño funcional dio como resultado una elegante torre de más de 100 metros de altura y 33 plantas de oficinas.

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Señales indicando las avenidas de Sáenz de Oiza y Zuazo, junto al parque forestal de Valdebebas-Felipe VI, zona donde numerosas vías y glorietas están dedicadas a profesionales de la arquitectura y el urbanismo.

El arquitecto navarro también fue el artífice de otra de las torres más emblemáticas del skyline de Madrid, Torres Blancas. Este sorprendente edificio de viviendas fue construido entre 1964 y 1969 en el que destaca su estética de hormigón visto y su diseño orgánico, que recuerda a los diseños de grandes maestros del siglo XX como Wright y Le Corbusier, conformando un proyecto único de 81 metros de altura y 23 plantas.

Por su parte, el arquitecto gallego Alejandro de la Sota también contribuyó a la configuración del actual Madrid a través de proyectos que, aunque no tengan tanta visibilidad como los de Sáenz de Oiza, sí se igualan a nivel de importancia y relevancia arquitectónica.

Entre sus proyectos ubicados en Madrid encontramos joyas como el Colegio Mayor César Carlos, o la desaparecida casa Guzmán.

Pero tal vez su proyecto estrella en la capital sea el gimnasio del colegio Maravillas, considerado uno de los mejores ejemplos de arquitectura contemporánea y por el que obtuvo, en 1963, el Gran Premio Nacional de Artes Plásticas. Se trata de una obra aparentemente sencilla en la que el arquitecto supo, a través de su ingenio y atrevimiento, conseguir un gran aprovechamiento espacial y obtener un mejor rendimiento económico de un solar de características muy peculiares y complejas. Todo ello usando materiales innovadores para su momento y con una decidida estética moderna.

Tal es la importancia de este proyecto que en 2018 el edificio fue declarado Bien de Interés Cultural para poner en valor y proteger este magnífico ejemplo de arquitectura contemporánea.

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Gimnasio del colegio Maravillas, obra de Alejandro de la Sota ubicada junto a la colonia del Viso. Foto: Luis García (Zaqarbal)

Calles dedicadas a maestros de mitad del siglo XX

Además de Valdebebas, existen otras zonas de Madrid donde podemos encontrar calles que hacen referencia a importantes representantes de la arquitectura madrileña. Luis Gutiérrez Soto es una de esas figuras. La calle que le homenajea se sitúa, precisamente en las inmediaciones del aeropuerto de Barajas, uno de cuyos primeros edificios, el “Avión Club”, provino de su tablero de dibujo.

Gutiérrez Soto, arquitecto prolífico como pocos, es fundamental para entender el Madrid del siglo XX, ya que de sus aproximadamente 650 proyectos construidos a la largo de su carrera profesional, unos 400 se encuentran ubicados en la capital. Vitalista y de personalidad arrolladora (llegó a competir en el primer equipo del Real Madrid) era también un arquitecto pragmático para quien lo importante era la distribución de sus edificios y su perfecta adecuación a los usos, y no tanto el estilo, con el que jugaba hábilmente.

En su juventud se integró en la “generación del 25”, un grupo de profesionales que, influenciados por el Movimiento Moderno, intentaron con su arquitectura renovar y dar un nuevo impulso a la arquitectura española contemporánea.

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El Cine Barceló, de Gutiérrez Soto, es una de las obras racionalistas más icónicas del Madrid de los años 20. Foto: Asqueladd

Entre sus edificios madrileños más reconocibles de esa época encontramos el cine Barceló, ubicado en la calle del mismo nombre, o el Cine Europa que, aunque hace tiempo perdió su uso dedicado a la gran pantalla, ha sido recientemente restaurado.

Tras la Guerra Civil adoptó el historicismo como estilo para sus proyectos, una etapa en la que destaca el Cuartel General del Ejército del Aire, inspirado en el monasterio de El Escorial. Años después, ya en su madurez, el arquitecto volvió a la estética contemporánea dejando, entre otras muchas obras, dos de los edificios en altura más reconocibles del skyline madrileño: la Torre del Retiro, en la calle Menéndez Pelayo y la sede de la Unión y el Fénix en la Castellana.

La Calle Rafael de la Hoz, paralela a la calle Alcalá y perpendicular a la de su colega de profesión Rodríguez Ayuso, hace referencia al arquitecto artífice de uno de los edificios más bellos del paseo de la Castellana, el Edificio Castelar.

Este bloque de oficinas considerado una obra maestra de la arquitectura española de mitad de siglo XX destaca por su planteamiento estructural, en el que el núcleo de comunicación abandona su ubicación más común para colocarse en un extremo y potenciar la sensación de volumen suspendido en el aire. Este recurso del arquitecto permitió liberar la zona de trabajo de pilares, consiguiendo un espacio diáfano. También es característica su fachada, que se resolvió con una doble capa de vidrio estructural, para potenciar aún más la impresión de un volumen ligero que parece flotar sobre la ciudad.

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La calle dedicada al arquitecto Rafael de la Hoz es una paralela a Alcalá cerca del parque de la Quinta de Torre Arias.

Otra figura imprescindible de la arquitectura española de mitad del siglo XX fue Miguel Fisac. Podemos encontrar su nombre paseando por el barrio de Peñagrande. Fue autor de importantes obras en la ciudad, entre las que destaca el Edificio IBM (1967), primera sede de la empresa norteamericana en Madrid, en el número 4 del paseo de la Castellana. Su singular fachada, condicionada por una orientación desfavorable del solar, fue construida con elementos prefabricados de hormigón verticales y con forma de bumerán que se van contrapeando para evitar la radiación directa en el interior y que confieren una imagen potente y peculiar al edificio.

Maestro del espacio y de la estética de los materiales, entre sus obras madrileñas podemos mencionar la iglesia de los Dominicos, en Alcobendas, el centro de rehabilitación MUPAG, con su fachada de hormigón “acolchado” o el Centro de Estudios Hidrográficos, que acoge uno de los espacios interiores más sorprendentes de la ciudad gracias a un ingenio patentado por el arquitecto, las vigas llamadas “de hueso”, que resolvían en un solo gesto la cubierta de grandes espacios y la entrada de luz cenital.

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Primera sede de IBM en Madrid, obra de Miguel Fisac, localizado en el paseo de la Castellana, 4. Foto: Luis García (Zaqarbal)

17 enero 2023

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Madrid Nuevo Norte


17 enero 2023

por Madrid Nuevo Norte