Viveros municipales: la ‘factoría verde’ de Madrid produce casi 400.000 plantas y árboles al año

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  • Madrid lleva más de 200 años cultivando en sus viveros municipales las plantas y árboles que decoran y mejoran la calidad de vida en la ciudad.
  • Además de reverdecer los barrios, los viveros municipales custodian el patrimonio vegetal, experimentan especies resistentes al calor y recuperan variedades olvidadas.

Cada árbol plantado en Madrid lleva, como mínimo, tres años de trabajo previo. Desde la recolección de semillas hasta la adaptación al clima de la ciudad, cada encina, plátano de sombra o almendro urbano es el resultado de un trabajo que muy pocos conocen. Se trata de una industria que, aunque discreta, resulta crucial para que la capital pueda seguir respirando, ofreciendo sombra y mitigando los efectos del cambio climático. Detrás de los parques históricos, los bulevares arbolados y las glorietas floridas hay un engranaje de estrategia, colaboración y trabajo en equipo: la red de viveros municipales. Un sistema que no solo produce más de 380.000 árboles, arbustos y plantas cada año, sino que custodia el patrimonio vegetal de la ciudad, experimenta con especies resistentes al calor, recupera variedades olvidadas y, en algunos casos, articula la participación ciudadana para reverdecer barrios enteros. El consistorio destina cada año 4,8 millones de euros para mantenerlos en marcha, ya que son lugares fundamentales para que la ciudad esté llena de vida y color. Pocos ayuntamientos disponen de viveros de producción de planta propios; Madrid es uno de ellos, con tres instalaciones de este tipo: Vivero de Casa de Campo, Vivero de Migas Calientes y Estufas del Retiro. La capital lleva más de 200 años cultivando en sus viveros municipales las plantas y árboles que decoran y mejoran la calidad de vida en la ciudad.

Vivero Casa de Campo

Ubicado en Casa de Campo, área forestal declarada Bien de Interés Cultural, el vivero se sitúa en una zona de ribera de aproximadamente 17 hectáreas, en pleno centro de Madrid, muy cerca de la estación de Príncipe Pío y en las proximidades del lago de la Casa de Campo. Aquí se diseñan estrategias de adaptación al clima extremo, se preservan bancos de semillas de especies amenazadas y se cultivan cada año más de 4.000 árboles y 150.000 arbustos destinados a repoblar los parques, jardines y avenidas de la capital. Además, producen anualmente un total de 350 árboles frutales y 3.500 plantas aromáticas dirigidos a los huertos urbanos o escolares, impulsando así las variedades de la agricultura tradicional. Las cifras ayudan a dimensionar el importante papel de este vivero, aunque silencioso, con 732 metros cuadrados de invernaderos para esquejes, más de 8.000 dedicados a arbustos, casi 9.000 para arbolado en contenedores, y más de 62.000 reservados para el cultivo en tierra de ejemplares que algún día ofrecerán sombra y oxígeno a los madrileños. Además, desde hace más de una década, este espacio se ha convertido en un modelo de sostenibilidad aplicado a la producción pública. Aquí se combate el pulgón con mariquitas en lugar de pesticidas y se riegan los cultivos con agua regenerada en lugar de potable. También se aplican técnicas de drenaje sostenible que optimizan el uso del agua de lluvia y se garantiza que los árboles jóvenes ayuden a reducir contaminantes además de su función de sumideros de carbono, absorbiendo CO₂ atmosférico. En definitiva, una cadena de producción vegetal que funciona los 365 días del año con el objetivo de sostener el verde en un entorno cada vez más expuesto a los cambios de temperatura.

Viveros municipales: la factoría verde de Madrid

Vivero Casa de Campo. Fuente: Ayuntamiento de Madrid

Vivero de Estufas del Retiro

A pocos metros de los paseos más transitados del parque del Retiro se oculta uno de los mayores secretos botánicos de Madrid. Fundado en 1889, el Vivero de Estufas es un santuario histórico donde cada temporada se cultivan las plantas que después florecen en los rincones más emblemáticos de la ciudad. Con una superficie aproximada de 3,5 hectáreas, el recinto acoge más de 3.500 metros cuadrados de invernaderos, repartidos entre estructuras centenarias de hierro y cristal, construidas a finales del siglo XIX, y modernos espacios de aluminio y policarbonato, dotados de sistemas automatizados de riego, ventilación y control de luz. Este vivero es un refugio de biodiversidad y memoria, ya que entre sus muros se trabaja para rescatar especies que forman parte del patrimonio vegetal madrileño, como la violeta madrileña, que durante décadas fue emblema de la ciudad y que hoy lucha por volver a los parterres y balcones. Además, aquí se experimenta con variedades autóctonas de rosales silvestres, con el propósito de reforzar una identidad botánica propia. El Vivero de Estufas custodia también una valiosa colección de herramientas y aperos de jardinería tradicionales expuesta en uno de los invernaderos históricos, lo que permite hacer un recorrido por la evolución de las técnicas y utensilios empleados en el cuidado de los jardines madrileños a lo largo del último siglo. Y es que, con una alta producción anual, desde aquí se abastecen las zonas verdes municipales, se preparan los arreglos florales de edificios institucionales y eventos oficiales, y se suministran plantas a colectivos y asociaciones ciudadanas.

Viveros municipales: la factoría verde de Madrid

Vivero Estufas de El Retiro. Fuente: Ayuntamiento de Madrid

Vivero Migas Calientes

El vivero de Migas Calientes es una instalación histórica y esencial en la gestión de las zonas verdes de Madrid. Ubicado en el distrito de Moncloa-Aravaca, este vivero se especializa en el cultivo de árboles en tierra, abasteciendo de ejemplares a los parques y jardines de la ciudad. Históricamente, la finca donde se encuentra el vivero ha estado vinculada a la Corona y a la nobleza madrileña, lo que le otorga un gran valor patrimonial. Se trata del vivero municipal en uso más antiguo de Madrid y fue creado por iniciativa de Antonio Sandalio de Arias, para el suministro de arbolado a la capital. Isabel Gea, en su libro Curiosidades y anécdotas de Madrid, indica que tomó el nombre de un mesón cuyo plato típico eran las migas calientes. El vivero ha recibido diversas denominaciones, reflejando su evolución y función en cada época, así ha sido conocido como Viveros de la Villa, Vivero de Puerta de Hierro y, actualmente, Vivero Municipal de Migas Calientes. En la actualidad, con 7,8 hectáreas dedicadas al cultivo de árboles destinados a las zonas verdes de Madrid, en sus instalaciones se encuentra la Planta de Transformación de Residuos Vegetales de Migas Calientes, inaugurada en 1997, donde se gestionan y transforman los residuos vegetales generados en la ciudad.

Viveros municipales: la factoría verde de Madrid

9 junio 2025

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Madrid Nuevo Norte


9 junio 2025

por Madrid Nuevo Norte