4 agosto 2020
por Madrid Nuevo Norte
No tenemos que alejarnos mucho de la gran urbe para conocer la esencia rural y natural de la Comunidad de Madrid, que se dispersa por un territorio de algo más de 8.000 km2. Además de ciudades de importancia histórica y cultural tan relevantes como San Lorenzo de El Escorial, Alcalá de Henares o Aranjuez, las tres consideradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la región tiene mucho que ofrecer, también para quien busca el contraste con lo urbano en sus días de descanso. En este post proponemos varias rutas rurales por pueblos llenos de encanto, que se pueden realizar en un día o dos, si es que se decide hacer noche y disfrutar de una experiencia rural más completa.
Merece la pena invertir dos días para desconectar en la Sierra Norte, cuajada de parajes de postal que sobreviven casi intactos al paso del tiempo. La pizarra otorga personalidad a los pueblos de la arquitectura negra, muy presente en el extremo norte de la Comunidad, una comarca llena de sencilla belleza que linda con los llamados pueblos negros de Guadalajara, con los que emparenta por carácter y por vecindad.
Nuestra aventura rural madrileña comienza en Torrelaguna y su encantadora plaza mayor porticada presidida por una imponente iglesia parroquial de estilo gótico. Se trata de una primera parada antes de llegar a Patones de Arriba, uno de los pueblos más pintorescos y con más encanto de la región.
A sólo una hora de la capital encontramos esta pequeña localidad que nos muestra un escenario propio de antiguas formas de vida, de subsistencia y de duro trabajo en el campo, y que cuenta con una increíble historia: debido a su aislamiento, el pueblo conservó carácter autónomo y tuvo su propio rey hasta 1750. Abandonado a mediados del siglo XX, Patones fue rescatado de la ruina en los 70, cuando comenzó a repoblarse y a rehabilitarse algunos de sus edificios.
Lo mejor es caminar sin rumbo por sus serpenteantes calles para empaparnos de su belleza esculpida en pizarra y piedra caliza. Nos toparemos con la iglesia de San José, de 1653, reconvertida en oficina de turismo. En los alrededores se pueden visitar un interesante yacimiento arqueológico medieval y la antigua presa del Pontón de la Oliva.
Nuestro siguiente destino es Buitrago del Lozoya. Su castillo y su insólito recinto amurallado abrazado por un meandro del río Lozoya nos llevan a la Edad Media. La mejor manera de sumergirse en su pasado medieval es uniéndose a las visitas teatralizadas que se llevan a cabo los fines de semana. Esta pintoresca localidad fue testigo de la presencia del Arcipreste de Hita, Juana La Beltraneja, los Mendoza… y también tiene un curioso vínculo con Picasso. Muchos visitantes se sorprenden al toparse con el museo dedicado al pintor malagueño, que reúne las 75 obras originales que Picasso realizó para su barbero y amigo, el buitragueño Eugenio Arias Herranz.
En este recorrido por el norte de la región, el contacto con la naturaleza es permanente, pero lo mejor está por llegar: proseguimos hasta la sierra del Rincón, Reserva de la Biosfera desde 2005, y donde encontramos el espectacular Hayedo de Montejo. En este marco se encuentra Horcajuelo de la Sierra, un pequeño núcleo urbano de menos de 100 habitantes que rebosa encanto por su arquitectura negra. La ermita de Nuestra Señora de los Dolores, la antigua fragua, el potro de herrar y el museo etnográfico narran la vida sencilla de una localidad orgullosa de su legado.
También enclavados en la sierra del Rincón, La Hiruela, Puebla de la Sierra y Montejo de la Sierra, completan el paisaje singular de la arquitectura negra madrileña.
Otro montañoso recorrido lleno de naturaleza, y unos cuantos grados más fresco que la capital, transcurre por la sierra de Guadarrama. Comenzamos con una parada en Manzanares el Real, donde el protagonista absoluto es el castillo gótico isabelino de los Mendoza, que domina las vistas sobre el embalse de Santillana. Ya en el pueblo de Navacerrada, podemos darnos un paseo por este concurrido y agradable pueblo serrano, rodeado de las montañas más representativas del Sistema Central. Felipe V le concedió el título de villa en 1635. Su plaza de los Ángeles, la iglesia de la Natividad, la ermita de San Antonio y las fuentes que afloran por doquier configuran un paisaje que aún conserva cierto sabor tradicional.
A escasos 10 minutos, y también al pie de la sierra de Guadarrama, se alza Cercedilla. La calzada que discurre por el puerto de la Fuenfría y sus tres puentes romanos den fe de su remoto pasado. La antigua estación de ferrocarril, construida en 1888, es uno de los edificios más representativos. De ella parte todos los veranos el Tren de la Naturaleza, un coqueto ferrocarril de vía estrecha que cubre desde 1923 el trayecto Cercedilla-Navacerrada-Los Cotos, que permite disfrutar del singular paisaje y descubrir el valor de la fauna y flora de la zona.
Por las calles del pueblo aún se pueden encontrar buenas muestras de arquitectura serrana en sus casas de granito con embocaduras de ladrillo y cubiertas por vistosos tejados de grandes aleros. Cercedilla también conserva el lavadero y el potro de herrar, tributos del pueblo a su tradición ganadera.
Algo apartado de la ruta, sin duda merece la pena acercarse a Rascafría, por su pausado y acogedor casco urbano y por las cercanas rutas clásicas de senderismo, como la que llega a las cascadas del Purgatorio. Pero el plato fuerte de este municipio es sin duda el monasterio de El Paular, antigua cartuja castellana fundada en el siglo XIV. Reúne un conjunto arquitectónico y artístico excepcional que va del gótico mudéjar a un exuberante barroco. Muy cerca del monasterio, merece la pena acercarse al monumental puente del Perdón, del siglo XVIII.
Nos trasladamos ahora a la zona este de la Comunidad y las sorpresas nos asaltan en el camino cuando nos aproximamos a Nuevo Baztán, pues desde la lejanía se admira ya su impresionante palacio churrigueresco. A comienzos del siglo XVIII, el navarro Juan Goyeneche, periodista, editor y político, creó una zona agrícola e industrial con fábricas textiles, alcoholeras, de vidrio fino… Encargó a José Benito de Churriguera el diseño y trazado de un conjunto urbanístico y arquitectónico en el que destacan el palacio y la iglesia de San Francisco Javier. Ahora se podrá conocer de la mano de Juan Sevilla, aprendiz del maestro, en una de las visitas teatralizadas que ha puesto en marcha la Comunidad de Madrid, dentro de su plan para revitalizar el turismo de la región.
Además del patrimonio arquitectónico, Nuevo Baztán es una localidad insólita por el origen casi mítico de su población, los agotes, un grupo social que fue estigmatizado durante siglos en el navarro valle de Baztán y del que circulaban oscuras leyendas que acabaron aislándolos y discriminándolos gravemente. Cuando Goyeneche propuso a esas familias emigrar para crear una nueva colonia industrial en Madrid, no le debió resultar muy difícil convencerles, ante la promesa de comenzar de cero en una tierra en la que serían, al fin, bienvenidos.
Menos de cinco kilómetros separan a Nuevo Baztán de Olmeda de las Fuentes, una pequeña localidad alcarreña que sorprende por su semejanza a un pueblo andaluz, con sus calles empinadas y sus casas encaladas de blanco. Es un pueblo de artistas, pues en él viven y encuentran la inspiración pintores, músicos, escritores, actores y artesanos.
Estos dos pueblos singulares tan sólo separados por un bonito valle, tan distintos entre ellos y también al resto de las poblaciones de la región, merecen por sí solos una escapada. Pero la visita está justificada aún más si cabe por su cercanía a Alcalá de Henares, una de las joyas del patrimonio madrileño, ciudad universitaria y cervantina. En ella, la lista de monumentos, museos y posibilidades para disfrutar de la arquitectura, la cultura, la gastronomía y la historia son infinitas, desde el yacimiento romano de Complutum a la casa natal del autor del Quijote, pasando por históricas facultades universitarias o un paseo por su porticada calle mayor.
Aranjuez también ofrece una oferta ilimitada para el visitante interesado en la historia y en la cultura, con su Palacio Real a las orillas del Tajo y los maravillosos jardines que lo rodean, sus casas palaciegas, el mercado de abastos… Recorrer su casco histórico es una delicia. Es el punto de partida de la última de nuestras propuestas de recorrido por la región, en este caso compuesto únicamente por dos platos fuertes.
Y es que a poco más de media hora de Aranjuez nos espera Chinchón, considerado, por derecho propio, uno de los pueblos más bonitos de España. Su casco urbano fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1974 y su popularidad traspasa las fronteras nacionales. Son muchos los edificios que conforma su personalidad peculiar, pero es la plaza mayor porticada, con sus pintorescos soportales y balcones, la que crean su estampa más típica de arquitectura popular. Chinchón invita a perderse por sus calles para descubrir su rico patrimonio a cada paso, como la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en la que encontramos un lienzo de Goya, la torre del Reloj o el castillo de los Condes.