31 octubre 2019
por Madrid Nuevo Norte
Un reciente estudio liderado por el CSIC revela que las ciudades con una movilidad concentrada en menor superficie disfrutan de mayor calidad de vida que las ciudades dispersas.
El 31 de octubre se celebra el Día Mundial de las Ciudades, una jornada para el debate urbano, este año con el lema “Cambiando el mundo: Innovaciones y una vida mejor para las generaciones futuras».
El último día de octubre es la fecha escogida por la ONU para celebrar el Día Mundial de las Ciudades, una iniciativa orientada a poner el foco en los desafíos que plantean las ciudades a nivel internacional, así como para contribuir al desarrollo urbano sostenible en todo el mundo. El debate sobre cómo han de ser las ciudades en el futuro es fundamental para el desarrollo de la sociedad, ya que condicionará en gran medida su sostenibilidad económica, social y medioambiental, así como la calidad de vida de las generaciones futuras. Ahora, un estudio liderado por el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) acaba de concluir que las ciudades más compactas son, en términos generales, más habitables que las dispersas.
Se considera ciudades compactas a los núcleos urbanos cuyos habitantes necesitan recorrer menos kilómetros para sus desplazamientos diarios y tienen, por tanto, su población más concentrada en menos superficie. Por el contrario, las ciudades dispersas son aquéllas en las que los desplazamientos se distribuyen en una superficie mayor. El ejemplo extremo de este modelo de ciudad es el denominado sprawl, las grandes conurbaciones de viviendas unifamiliares que se extienden por todo el territorio, ocupándolo por completo, muy frecuentes en el norte de América, aunque en las últimas décadas también han proliferado en Europa y otros continentes.
El estudio ha analizado la movilidad de 174 de las urbes más pobladas del mundo, y concluye que las ciudades cuyas zonas más transitadas están juntas en el centro urbano y la gente se mueve mayoritariamente entre ellas, como París, disfrutan de una mayor calidad de vida. El informe detalla que esas ciudades tienen menos polución, más uso del transporte público, menor uso del coche y mejor atención a las emergencias, debido a una distribución óptima de los hospitales.
En el otro extremo, ciudades muy dispersas, como Los Ángeles, experimentan el efecto inverso, con más contaminación y mayor dependencia del automóvil.
Los resultados del estudio se han publicado en la revista Nature Communications y relacionan la estructura urbana, el transporte, la red de servicios públicos, la distribución de la población en la superficie de la ciudad con la sostenibilidad y la calidad de los servicios públicos, “contribuyendo a zanjar la polémica sobre la estructura optima de las ciudades”, según explican desde el CSIC.
Para el trabajo se analizaron los trayectos de más de 300 millones de personas, unos datos agregados que se obtuvieron mediante el historial de localización de los teléfonos móviles de usuarios de Google, e incluyen los trayectos de residentes y visitantes de 174 grandes ciudades de todo el mundo, además de 127 ciudades norteamericanas. De esta manera, las nuevas tecnologías han permitido obtener datos de movilidad de gran precisión, instantáneos y a gran escala, que antes resultaban muy complicados de recolectar.
“El estudio ha analizado la movilidad o desplazamientos entre zonas de mucha actividad, como pueden ser zonas residenciales de alta densidad, estaciones de transporte centrales, zonas de concentración de ocio o grandes centros industriales y de negocios”, expone José Javier Ramasco, investigador del CSIC en el Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos (IFISC).
Los resultados revelan que una mayor concentración de los desplazamientos está relacionada directamente con un mayor uso del transporte público, mejor salud de los ciudadanos y mayor integración de las diferentes comunidades que coexisten en la ciudad. Estas conclusiones confirman que las últimas tendencias del urbanismo internacional generan ciudades más saludables y sostenibles, ya que apuestan por un desarrollo urbano denso y compacto. Madrid Nuevo Norte ha incorporado estos aspectos en su diseño, entre otras medidas como la mezcla de usos y la apuesta por el transporte público. Además, el distrito de negocios se ha situado junto a la estación de Chamartín, que se convertirá en el principal centro de la Alta Velocidad del país, reduciendo de esta forma miles de desplazamientos por el núcleo urbano y optimizando los recorridos a pie.