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El escudo de Madrid: osos, madroños, constelaciones… y dragones

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De origen medieval, la actual composición de escudo de la ciudad de Madrid data de 1967.

Son muchas las hipótesis, y también las leyendas, que tratan de explicar los elementos que lo componen.

 

El escudo de Madrid: osos, madroños, constelaciones… y dragones

 

El escudo de la ciudad de Madrid ha sufrido múltiples modificaciones a lo largo de la historia. Son muchas las hipótesis que tratan de explicar la presencia del oso y del madroño, algunas de ellas dentro del terreno de la leyenda.

Las crónicas narran que, en 1211, los soldados madrileños que se unieron a las huestes del rey Alfonso VIII de Castilla contra la taifa de Murcia llevaban como enseña un oso rojo con siete estrellas sobre su lomo. Un año después, los madrileños volverían a usar el mismo emblema en la batalla de las Navas de Tolosa. Esta podría ser la primera versión del actual escudo de la ciudad de Madrid.

 

El escudo de Madrid: osos, madroños, constelaciones… y dragones

Recreación del escudo de Madrid tal y como se cree que era de 1212 a 1222. Imagen: Heralder

 

Esta versión fue recogida, entre otros, por un texto de 1786: “En el año 1212 no usaba Madrid otras Armas que un Oso u Osa (…) Este tenía dentro de su cuerpo las siete Estrellas, como se comprueba del escudo que todavía usa el Ilustre Cavildo Eclesiástico”. De ser cierto este relato, escrito por el cronista José Antonio Álvarez y Baena, la asociación con la constelación de la Osa Mayor tanto del plantígrado como de los astros parece una hipótesis más que probable. Las mismas siete estrellas son, en cualquier caso, el origen de la bandera de la Comunidad de Madrid, creada en 1983, que recuperó y oficializó el antiguo símbolo para la recién nacida autonomía.

Según José Antonio Vivar del Riego, académico de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, la tradición recoge que, antes del siglo XIII, Madrid tuvo por armas “un pedernal con dos eslabones echando chispas, puestos sobre ondas de agua, con una inscripción que decía:

 

Fui sobre agua edificada

Mis muros de fuego son.

Esta es mi insignia y blasón”.

 

Por desgracia, no existe ningún vestigio de este antiguo escudo… quizá porque, según el propio Vivar del Riego, su origen sea una mera leyenda, recogida o tal vez incluso creada por literatos del siglo XVI. Dicha tradición narra que el embajador de Enrique III de Castilla, Rui González de Clavijo, en audiencia con el célebre emir Tamerlán de Samarcanda, y dispuesto a magnificar las grandezas de la Villa, habría descrito Madrid como una ciudad cercada por un muro de fuego y construida sobre agua, “claras alusiones a la riqueza freática del subsuelo de Madrid (recuérdense los conocidos viajes de agua árabes), y a la muralla medieval construida con piedra de pedernal”, aclara Vivar del Riego.

No obstante, según el académico, la primera aparición documentada del escudo de Madrid la encontramos en un sello del siglo XVII. En él figura un oso, en posición de caminar, sin rastro de árbol o arbusto alguno.

Pero ¿por qué un oso?  Vivar enumera algunas de las variopintas teorías al respecto: desde la hipótesis de que el nombre mitológico de esta localidad era Ursaria; al posible uso de la Osa Mayor como homenaje a la escuela de astronomía árabe fundada en Madrid en el siglo XI; pasando por una alusión a la supuesta abundancia de dichos plantígrados en los bosques del Madrid medieval.

 

El escudo de Madrid: osos, madroños, constelaciones… y dragones

Estandarte datado entre 1675 y 1725. Imagen: Memoria de Madrid

 

Con y sin madroño

Sea como fuere, a finales del siglo XV por fin aparece, en otro sello, la imagen de un oso apoyado sobre un árbol. El madroño quedará ya siempre asociado al escudo de la ciudad a partir de entonces.

Tuvieron que pasar casi dos siglos más para que el escudo de Madrid se completase con la bordura azul con estrellas y con la corona, como símbolo de lealtad al Rey. Una versión del siglo XVII de este escudo tallado en piedra se conserva, adosado al moderno edificio que ocupa el solar de la que fue Casa del Pastor, en la calle de Segovia, situada a los pies del Viaducto.

El diseño sufrió notables modificaciones durante el siglo XIX. En 1850, el Ayuntamiento decidió dividir el escudo en tres partes o cuarteles, y añadir nuevos elementos: una corona de hojas de roble y un dragón. La presencia de este animal fantástico se explica por una anécdota que López de Hoyos, cronista de la época renacentista, agrandó para tratar de demostrar un improbable origen clásico remoto de la ciudad. Según su versión, en 1569 se produjo en la villa el hallazgo de una gran piedra con un el relieve de un dragón: “Por desembarazar la puerta Cerrada, derribaron, y estaba en lo más alto de la Puerta, en el lienzo de la muralla labrado en piedra berroqueña, un espantable y fiero dragón, el cual traían los griegos por armas y las usaban en sus banderas”. Fuese dragón o serpiente, como afirmaban otros testigos del suceso, López de Hoyos aprovechó este episodio para nutrir la leyenda del origen grecorromano de Madrid, que iba a ser difundida en los siglos siguientes con notable éxito.

 

El escudo de Madrid: osos, madroños, constelaciones… y dragones

Escudo de Madrid que, con algunas variaciones, fue oficial desde mediados del siglo XIX a 1967. En ocasiones, como es el caso de esta versión, figuraba un grifo en lugar de un dragón. Imagen: Heralder

 

Un siglo después, concretamente el 28 de abril de 1967, cuenta Vivar del Riego, el Pleno del Ayuntamiento formalizó un acuerdo adoptando un diseño “que retomaba el del tradicional escudo del oso y el madroño, con su bordura de azur estrellada”. Esta composición, con algunas variaciones en el estilo del dibujo para modernizarlo, es la que se mantiene en la versión actual.

1 julio 2019

Autor

Madrid Nuevo Norte


1 julio 2019

por Madrid Nuevo Norte