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Ciudades en 2050: la adaptación como clave

  • Modelo de ciudad
  • Sostenibilidad
  • Copenhague ​ha logrado que el 62% de sus habitantes utilicen la bicicleta para desplazarse al trabajo o la escuela.
  • Las “ciudades esponja” se inspiran en la naturaleza para gestionar el agua de lluvia.

Las ciudades han constituido un área de interés para las ciencias sociales desde tiempos inmemoriales, encarnando un desafío que ha cautivado a la humanidad desde que empezaron a formarse las primeras urbes. Deben entenderse como un fenómeno vivo y en permanente cambio, que se ven influidas tanto por los patrones de vida de sus habitantes como por las decisiones estratégicas en su diseño y planificación. Este proceso implica hoy en día tomar decisiones conscientes sobre cómo se deben diseñar y organizar los espacios urbanos para cumplir con los objetivos deseados, tales como mejorar la calidad de vida, fomentar la sostenibilidad o aumentar la eficiencia en el uso de recursos. Este enfoque es especialmente relevante en los tiempos que corren, dada la previsión de un significativo aumento de la población urbana. Según estimaciones de las Naciones Unidas, para el año 2050, la Tierra albergará a 9.700 millones de personas, de las cuales un 70% residirá en zonas urbanas.

Las ciudades están experimentando un proceso de adaptación que se alinea con el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 11, que busca hacer que las ciudades del futuro y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles. Este proceso implica un enfoque holístico, que incluye el desarrollo de infraestructura verde, inversión en transporte público sostenible y la implementación de tecnologías de ciudad inteligente para mejorar la eficiencia y reducir el impacto ambiental. Además, las urbes se están enfocando en mejorar la resiliencia contra desastres naturales a través de una planificación urbana mejorada y códigos de construcción. Entre las adaptaciones más urgentes se encuentran medidas para combatir el aumento de temperaturas y niveles del mar, asegurando el acceso a agua limpia y manteniendo la seguridad alimentaria.

 

Quotes MNN 2050

Transformar el presente para adaptarse al futuro

En el panorama actual, diferentes ciudades están liderando el camino hacia la adaptación y sostenibilidad urbana. Copenhague es un ejemplo de metrópoli en la vanguardia de la lucha contra el cambio climático, con el ambicioso objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono para el año 2025. Esta meta es parte de una estrategia integral para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, principales contribuyentes al calentamiento global y sus consecuencias devastadoras. La ciudad ha logrado que el 62% de sus habitantes utilicen la bicicleta para desplazarse al trabajo o la escuela gracias a la inversión en infraestructura ciclista, como la construcción de puentes exclusivos para bicicletas y kilómetros de carriles bici. La capital danesa ha implementado varios proyectos innovadores de arquitectura verde que destacan por su compromiso con la sostenibilidad, la eficiencia energética y la biodiversidad urbana. Por ejemplo, el edificio Marmormolen incorpora características sostenibles como el uso de la madera en su construcción, techos verdes, energía renovable y sistemas de captación de agua de lluvia, demostrando cómo la arquitectura puede implicarse con el medio ambiente urbano​. La inversión en energías renovables como la eólica y solar, junto con iniciativas de biomasa y proyectos como Holmene, que buscan generar energía limpia a través de islas artificiales, están en el centro de los esfuerzos de Copenhague para reducir su huella de carbono y avanzar hacia la neutralidad climática.

Otro ámbito en el que se intensifican los esfuerzos, la creatividad y las estrategias innovadoras es en el objetivo de mejorar el tráfico y la movilidad urbana. La movilidad blanda, un transporte colectivo cada vez más eficiente y los sistemas de transporte compartido, incluyendo la bicicleta pública y el carsharing, están en continua expansión. Estos sistemas buscan reducir la necesidad de poseer un vehículo privado y disminuir el tráfico y la necesidad de estacionamiento. Uno de los ejemplos más admirados es la implementación y ampliación de los Sistemas de Transporte Rápido por Autobús (BRT) de Curitiba (Brasil). Estos sistemas representan una alternativa eficiente y económica frente a los sistemas de metro o tranvía, mejorando notablemente la movilidad en zonas urbanas de alta densidad poblacional. Los BRT se benefician de carriles exclusivos que les permiten sortear el tráfico convencional, asegurando velocidades de operación superiores y tiempos de viaje estables, incluso durante las horas punta. A menudo, estos sistemas están equipados con tecnología de priorización semafórica, que permiten que los semáforos se ajusten en favor de los autobuses que se acercan, minimizando los tiempos de espera y potenciando la eficiencia del servicio.

El clima como factor decisivo

En la era del cambio climático y los fenómenos atmosféricos extremos, la gestión de desastres y la resiliencia urbana se ha convertido en otro de los pilares fundamentales para la adaptación de las ciudades. Estas estrategias no solo implican la construcción de infraestructuras capaces de resistir catástrofes, sino también la planificación y ejecución de programas que aseguren una rápida recuperación. Un ejemplo destacado es Tokio (Japón), que se encuentra en una de las zonas sísmicas más activas del mundo. Esta urbe ha implementado medidas innovadoras como la construcción de edificios con tecnología de aislamiento sísmico, sistemas de alerta temprana y simulacros de terremoto regulares que involucran a toda la población. Además, la ciudad está invirtiendo en espacios verdes urbanos para mitigar inundaciones y en sistemas de energía renovable para garantizar la autosuficiencia durante emergencias. Estas medidas no solo preparan a Tokio para enfrentar terremotos, sino también otros desastres naturales, demostrando un compromiso con la resiliencia urbana que sirve de modelo para ciudades en todo el mundo.

ciudades del futuro

Ciudades como Tokio están implementando medidas innovadoras para mejorar su preparación cara a los grandes retos del futuro

La adaptación al entorno y a los cambios constantes constituye una lección esencial que las urbes futuras podrían aprender de la naturaleza. En el ámbito animal, numerosas especies exhiben una habilidad impresionante para ajustarse a las fluctuaciones ambientales. Iniciativas como las «ciudades esponja», que absorben y manejan el agua de lluvia imitando los procesos naturales de infiltración y almacenamiento, junto con los bosques urbanos, que elevan la calidad del aire y promueven la biodiversidad, son ejemplos de esta estrategia. De igual forma que los animales se adaptan a entornos en perpetua transformación, las metrópolis venideras deben ser flexibles y resilientes, evolucionando sin cesar para afrontar nuevos desafíos ambientales y sociales, garantizando así un crecimiento sostenible y en consonancia con nuestro planeta.

La capacidad de las ciudades para responder de manera efectiva a las necesidades diarias, así como a los desafíos ambientales y sociales, no solo determinará su capacidad para prosperar, sino también el nivel de bienestar y la calidad de vida de sus habitantes. Así, la adopción de estrategias como infraestructuras verdes, transporte sostenible, tecnologías inteligentes o el fortalecimiento de la resiliencia urbana es fundamental para enfrentar los retos presentes, sino también para preparar a las ciudades para los desafíos que están por venir.

16 abril 2024

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Madrid Nuevo Norte


16 abril 2024

por Madrid Nuevo Norte